Los jóvenes salesianos que dan su sí a Dios en su primera profesión religiosa

Marío y Chema comparten su testimonio como nuevos religiosos salesianos

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 14:10

Mario Martín y Chema García son dos jóvenes salesianos que para muchos, han hecho una locura. Y no se trata de un viaje de aventura o de un proyecto apasionante -o sí-. Mario y Chema han hecho su primera pofesión religiosa. Es decir, entregan su vida a Dios. PAra siempre.

Mario cuenta que es "antiguo alumno de colegios salesianos" y que "estar en contacto desde pequeño con los salesianos" y poder ver "su dedicación a los jóvenes" le hizo plantearse preguntas y concluyó que "Dios me estaba llamando y asi empezó todo".

Chema también estudió en un colegio salesiano. Su experiencia en el centro fue que a pesar de ser tímido le "acogieron y pude descubrir el espíritu de familia. Me querían, me acogían y me ayudaban", cuenta Chema, "a caminar en busca de lo que Dios me pedía. Aquí encontré mi vocación de educador".

Mario explica que para él supone una "riqueza poder conocer tu espiritualidad a lo largo del mundo. Que el espíritu por el que vas a dar la vida, existe también en Croacia o en China. La multiculturalidad te abre mucho la mente, y sobre todo, la forma de entender al otro. He podido comprobar la riqueza que tenemos los salesianos y además la Iglesia, hemos hecho escuela con otros novicios y hemos podido verlo".

Para Chema "la primera profesión es un momento de alegría y que te mete de nuevo en el sí claro al Señor. Es decir delante de la Iglesia y de nuestros hermanos que sí, que la consagración es un camino para amar a Cristo y a los demás". Mario cuenta que "normalmente te dicen que eres valiente porque te comprometes para toda la vida. Pero como en toda elección de vida tiene sus días malos y es ahí donde digo: aquí continuo porque siento que me llama. Vivimos en una sociedad microondas porque le gusta hacerlo todo rápido. Aquí en cambio es poco a poco como haces tu camino junto a los que tienes al lado".

Chema dice que el "'para toda la vida' es una de las cosas que más cuestan en estos tiempos. Uno no tiene que mirar sobre lo que los otros dicen pero sobre todo, hay que mirar sobre la certeza de lo que te está pidiendo Dios". Mario da dos palabras: "Disponibilidad y seguridad en lo que haces con la meditación previa. Ojalá que no existiera la congregación y que no hicieran falta más salesianos, pero desgraciadamente cada vez hay más jóvenes pobres".

"Al salesiano del siglo XXI nos caracteriza también el trabajo con los laicos, también el Papa nos pregunta para qué estamos llamados en cada una de nuestras vocaciones. La congregación está caminando y se esta haciendo preguntas muy bonitas. Los salesianos no somos superhéroes, todos estamos llamados a hacer algo en la Iglesia y en los salesianos".