Indurain fue el culpable que en la década de los noventa, millones de españoles se quedaran sin disfrutar de la siesta veraniega. Sus gestas en las calurosas tardes de julio en las carreteras de Francia copaban la información deportiva que seguían con interés toda España.

Miguel Indurain es uno de los mejores deportistas españoles de la historia y uno de los mejores ciclistas de siempre. Su trascendencia en la década de los 90 iba más allá de las carreteras y se convirtió en un auténtico fenómeno social. Con los dos equipos de su vida el Reynolds y el Banesto, Indurain logró ganar cinco Tours de Francia de manera consecutiva, gesta sólo lograda por Anquetil, Mercks y Bernard Hinolt, pero con la particularidad de que Indurain los logró de manera consecutiva, algó inédito que también logró Lances Amstrong, pero finalmente fue desposeido de todos sus triunfos por haber consumido sustancias dopantes. El “Gigante de Villaba” además logró dos Giros de Italia de manera consecutiva convirtiéndose en el primer español en ganar la “Maglia Rosa”. Indurain también logró alzarse con la medalla de oro en los juegos olímpicos de Atlanta 1996 y en el campeonato del mundo de contrareloj, a los que hay unir los numerosos triunfos en vueltas de una semana y “clásicas”.

Fuera del asfalto Miguel Indurain ha cosechado múltiples logros como el Premio Príncipe de Asturias de los deportes, la Gran cruz de la orden del mérito deportivo, Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa o la orden olímpica del Comité Olímpico Español.