Un ajuste de cuentas por un robo de droga entre clanes rivales puede estar detrás del tiroteo que se produjo en un barrio de Alcantarilla el pasado domingo y cuya investigación policial consiguió la detención de un total de cinco personas y la incautación de seis armas de fuego y tres vehículos.

Esa es la conclusión a la que llegan los funcionarios de la Comisaría de Policía de Alcantarilla que han realizado las diligencias del caso, a las que ha tenido acceso Efe, en las que se destaca así mismo la afición por las armas que tienen cuatro de los arrestados, pertenecientes a la misma familia.

El primer detenido fue un hombre que acudió a la Comisaría para denunciar las amenazas recibidas por parte de integrantes del clan al que pertenecen los otros cuatro porque, aseguró entonces, se había apoderado de la droga que cultivaba por encargo de los mismos.

Sin embargo, esas afirmaciones, en las que también se había referido a las armas que estarían en posesión de los otros cuatro, no las mantuvo cuando estuvo asistido por su abogado, según se recoge en las diligencias.

La actuación policial, especialmente, el registro efectuado en la vivienda de aquellos cuatro, ubicada en la barriada del Campico, permitió a los agentes intervenir dos escopetas, dos carabinas de aire comprimido, un rifle y un revólver, así como munición diversa.

Al mismo tiempo se procedió a la detención de cuatro miembros de esa familia, L.M.G., de 31 años de edad; J.M.C., de 32; J.M.M., de 30, y J.M.M., de 62, todos los cuales quedaron en libertad con cargos al pasar a disposición del juzgado de guardia.

Por su parte, al quinto detenido, J.F.O., que fue puesto en libertad por la Policía tras tomarle declaración, se le investiga por un presunto delito contra la salud pública.

La investigación permitió también descubrir la presunta crianza de gallos de pelea en una explotación propiedad de uno de los detenidos, en la que se encontraron tres ejemplares con graves lesiones y mutilaciones.