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El Castillo de Aledo domina el Valle del Guadalentín

Situado en un montículo al lado de Sierra Espuña. Tiene origen musulmán

El Castillo de Aledo domina el Valle del Guadalentín

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El castillo de Aledo aún circunda y caracteriza la villa del mismo nombre, conservándose gracias a recientes y sistemáticas restauraciones en un relativamente buen estado de conservación en algunas zonas. Así el núcleo fortificado se sitúa en una zona intermedia de los macizos montañosos de Sierra Espuña, en sus estribaciones meridionales, y la sierra de La Tercia. Aledo está enclavado en un espigón rocoso que domina extensos campos, y que se convierte en un hito clave en el control de las vías de comunicación que conectan el litoral del sureste peninsular con la meseta central. El punto elegido para colocar semejante atalaya fue la cumbre amesetada de un cerro con forma alargada y escarpadas laderas. Esta elevación está delimitada por los barrancos de Borrazán a poniente, La Fontanilla a levante, y la rambla de los Molinos (a mediodía).

A Aledo se llega a través del desvío hacia Totana-Aledo existente en la autovía que conecta Murcia con Lorca. Tras pasar Totana, y por una serpenteante carretera comarcal (MU- 5020) entraremos en el casco urbano de la villa.

Una rica historia

La fortaleza de Aledo se sitúa en un impresionante espigón rocoso desde donde se controlan las vías de comunicación que enlazan la Meseta Central con la cuenca del Segura. Enclavado en un inexpugnable lugar, bien abastecido de agua a través de un sistema integrado en la fortificación, tiene sus orígenes en la Alta Edad Media. Fue en esta época cuando los musulmanes andalusíes dieron forma a la espectacular fortificación, dotándola de murallas que circundaban a la población y una sólida alcazaba. Pero el nombre de Aledo sonaría en todo el mundo conocido cuando, en 1086, el noble castellano García Giménez, al mando de sus tropas, tomaba la villa y, haciéndose fuerte en ella, hostigó audazmente amplios territorios que se extendieron a villas y campos granadinos, jienenses y alicantinos durante seis años, poniendo en jaque a los invasores almorávides.

Con la incorporación del reino de Murcia a la corona de Castilla, el lugar pasó a convertirse en cabeza de encomienda de la Orden de Santiago. Y fue entonces cuando se construyó la gran Torre del Homenaje que caracteriza a Aledo. Todo el conjunto monumental está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.

Torre del Homenaje, Castillo de Aledo

Historia

Coronamiento de la Torre

Muros y Torreones de la Fortaleza de Aledo

Una temprana fortificación

Sánchez Pravía ya escribió que Aledo es citado en las fuentes islámicas como hisn durante las crónicas que relatan la expedición que el emir Abd Allah efectuó en el año 896 contra los rebeldes sublevados en la cora de Tudmid dirigidos por el muladí Daysam b. Ishaq. Se deduce, por tanto, que en aquellos momentos la actual villa se encontraba ya fortificada y era un referente estratégico para el control del territorio.

Escenario de episodios históricos

No obstante, el castillo de Aledo es más conocido por la conquista efectuada por las tropas castellanas al mando del noble García Jiménez en 1086, quien consiguió arrebatarles tan preciado castillo a los musulmanes, cuya pérdida tuvo eco en todo el mundo islámico. Desde aquí los cristianos efectuaron durante años una serie de diversas y audaces operaciones de castigo y hostigamiento sobre todo el sureste peninsular, dominando por completo el valle del Guadalentín y controlando perfectamente las vías de comunicación que conectan el sureste peninsular con la Meseta, o lo que es lo mismo, el litoral mediterráneo con el interior hispánico. Fue un excelente ejemplo de cómo una fortaleza es, principalmente, un medio bélico ofensivo, y no únicamente un lugar de refugio. La inexpugnabilidad de Aledo quedó demostrada con el asedio que las tropas islámicas comienzaron en 1088, que no consiguió expulsar a los castellanos hasta 1092, y gracias al empuje de las tropas almorávides. Fue en aquella fecha cuando una fulgurante y exitosa cabalgada castellana, al mando de Alfonso VI, consiguió rescatar a los supervivientes del sitio.

Vanguardia y símbolo de poder

Con el Pacto de Alcaráz, entre Castilla y el rey islámico de Murcia --firmado en 1243--, el castillo de Aledo fue de nuevo ocupado por tropas cristianas como parte del acuerdo. En 1257, Alfonso X el Sabio entregaba la villa a la Orden de Santiago, convirtiéndose en la cabeza de la encomienda que los caballeros de Uclés fundaron sobre el territorio. La consolidación del reino de Murcia como un espacio fronterizo, con campos despoblados y poblaciones concentradas en ciertos puntos, dieron a Aledo un importante papel como enclave defensivo sobre la gran banda territorial que separaba Castilla con el emirato de Granada. Fue entonces, entre los siglos XIII y XIV, cuando se construyó la impresionante torre del homenaje, que, además de ser un elemento defensivo de primer orden, transmite esa idea de poder sobre la villa y campos circundantes, tan específico de este tipo de torreones, enclavados donde el enemigo lo observa frecuentemente.

Aledo

Información general de Aledo

El municipio de Aledo tiene una población censada de unos 1.000 habitantes, quedando enclavado dentro de la comarca del Bajo Guadalentín. Este municipio se encuentra situado al pie de la vertiente meridional de Sierra Espuña, a una altura de más de 650 metros, limitando al norte, sur y este con el municipio de Totana, y al oeste con el municipio de Lorca.

Las primeras noticias sobreAledo se remontan al siglo X, avanzada ya la dominación musulmana, la cual emplaza una posición fortificada en el lugar. Esta villa se convierte en una fortaleza alrededor del siglo siglo XI dominado y llevado a cabo por población cristiana. Aledo, su castillo, aljama, aldeas y dependencias son entregados por Alfonso X El Sabio, (del cual se cree que escribió algunas de sus Partidas en dicho castillo) al Maestre de la Orden de Santiago, Palay Pérez Correa, como recompensa por sus victorias contra los musulmanes.

El pundonor de sus primeros pobladores hizo que este municipio sea reconocido con el derecho de portar en su escudo la divisa de Muy Noble y Leal por sus valerosas intervenciones en distintas campañas militares, comprendidas entre las etapas de Felipe III, en la defensa de Cartagena, pasando por Felipe V, en la Guerra de Sucesión y la Guerra de Independencia.

En cuanto a la situación de esta villa, se encuentre junto a varios cerros, sierras y montañas, siendo las mayores elevaciones las que se localizan al norte y sur del municipio, en las cuestas de Sierra Espuña , así como la Sierra de Tercia. Cabe destacar que está rodeado de idílicos paisajes naturales, como es el parque natural de Sierra Espuña y el cañón excavado sobre roca del "Estrecho de la Arboleja", situada en plena Rambla de Lebor, así como la Cueva de la Mauta, situada en la cabecera de la Rambla de los Molinos