La educación concertada se moviliza para hacer patente su rechazo a la nueva ley de Educación, que este jueves pasa por el Pleno del Congreso de los Diputados.

En los centros educativos de toda España se convocaron concentraciones y minutos de silencio y se leyó un manifiesto en el que se explicaron las razones de su oposición a la ley Celaá.

En Cartagena, los centros colgaron lazos naranjas en sus fachadas y desarrollaron actos reivindicativos. En el colegio Maristas, por ejemplo, se formó un gran lazo sobre la pista deportiva utilizando pupitres de las aulas.

Padres y profesores se reunieron para participar en la lectura del manifiesto donde advirtieron de la intención del Gobierno de imponer una ley "intervencionista que busca el control político de la educación y que supone una agresión a la libertad de conciencia".

Como se ha venido denunciando desde las organizaciones integrantes de la Plataforma Más Plurales, se trata de un proyecto de ley "fuertemente intervencionista que promueve la restricción de derechos y libertades ciudadanas y atenta contra la pluralidad de nuestro sistema educativo, elemento sin duda clave en una sociedad democrática".

Patronales, sindicatos y confederaciones de padres de la concertada coinciden en rechazar la LOMLOE, tanto por el momento, como por la forma y, sobre todo, el contenido. Por el momento, porque su tramitación se produce en plena pandemia, entre estados de alarma, "en una situación crítica en lo sanitario y por ende en lo económico". Por la forma, porque esta norma aleja definitivamente la legislación educativa de cualquier posibilidad de consenso y pacto con los actores implicados, a los que "ni siquiera se ha llamado para negociar el documento: no es que haya buscado el consenso, es que por primera vez en la historia de la democracia ni siquiera se ha pretendido el diálogo». Pero, sobre todo, es «una ley nefasta por su fondo sectario y excluyente y por su lista de agravios contra la libertad de enseñanza".