Cartagena se apaga para encender su fe: así es la Procesión del Silencio del Jueves Santo

El alma de la cofradía california desfila entre la oscuridad y un silencio respetuoso por las calles de la ciudad

Maite Fernández

Murcia - Publicado el

4 min lectura

La Semana Santa de Cartagena continúa con intensidad, y el Jueves Santo se ha consolidado como una de las noches más especiales para los cofrades californios. La ciudad se viste de recogimiento, con la Procesión del Silencio como protagonista absoluta. Sin bandas de música, sin ruidos, solo tambores, saetas y una ciudad sumida en una profunda oscuridad que permite que cada paso sea vivido en su máxima expresión de devoción.

Pedro Ayala, hermano mayor de la Cofradía California, nos habla con fervor de lo que significa esta noche, la más íntima y solemne para los californios.

“La Procesión del Silencio es el alma de nuestra Semana Santa. Es la procesión que más nos llega al corazón. Esta noche, no solo caminamos por las calles de Cartagena, sino que caminamos por nuestra propia fe.”

El recorrido comienza al caer la noche, cuando las luces de las calles se apagan y el único sonido que resuena es el de los tambores que marcan el paso de los hermanos. El Cristo de los Mineros, uno de los pasos más emblemáticos de la cofradía, es portado en procesión, junto con el Ecce Homo, que simboliza la pasión de Cristo con una de las representaciones más dolorosas de la crucifixión.

“Es un lujo para los californios sacar el Cristo de los Mineros, que va crucificado, y también el Ecce Homo, que este año tiene una carga emocional aún mayor. Cada uno de estos pasos tiene su historia y nos conecta con nuestra tradición y con nuestra ciudad.”

absoluto silencio

Durante la procesión, las calles de Cartagena se llenan de un silencio absoluto. Las bandas de música no suenan, solo los tambores marcando el ritmo del paso de los tronos. Además, los penitentes y cofrades caminan con paso firme y solemne, acompañados por las saetas que, como susurros, emergen de las casas y balcones.

"En la noche del Jueves Santo, Cartagena se convierte en un escenario único. La quietud, el silencio, el recogimiento... Son momentos de conexión espiritual profunda. Es cuando sentimos que la ciudad está con nosotros, en silencio, compartiendo ese dolor, esa espera".

Uno de los aspectos más característicos de esta procesión es el recorrido por las calles más tradicionales y solitarias de la ciudad, donde el silencio se convierte en un elemento primordial. Desde las Puertas de Murcia hasta la Calle San Francisco, los espectadores se distribuyen por puntos estratégicos, creando un ambiente único para vivir esta experiencia.

“Cada calle tiene su magia. Algunas están más llenas, otras más vacías, pero en todas ellas, se siente la misma intensidad. Si tuviera que recomendar un lugar especial para vivir esta procesión, sería sin duda alguna las calles de Duque o San Francisco, donde se puede ver la procesión en toda su esencia, sin las aglomeraciones.”

Ayuntamiento de Cartagena

Jueves Santo en Cartagena

Los pasos que acompañan la procesión, como la Virgen de la Esperanza o la Vuelta del Calvario, representan el dolor y la esperanza en su máxima expresión. En cada uno de estos tronos se siente la devoción de los californios, que consideran esta procesión como una de las más significativas de toda la Semana Santa.

“Esta noche es especial, porque no hay espectáculo. Lo que hay es fe, pasión y silencio. La gente que está fuera, que nos acompaña, lo siente. No hace falta más. Es nuestra procesión más fervorosa, y es la que más emociona a todos los que la viven”, destaca Pedro Ayala.

El Jueves Santo de Cartagena cuenta, además, con la bendición de un clima que se espera favorable. Este año, según las previsiones, el cielo se mantiene despejado, lo que augura una procesión perfecta para todos aquellos que se acerquen a las calles de Cartagena para vivirla.

“Afortunadamente, la previsión meteorológica para hoy es buena. Es uno de esos momentos que los californios esperamos con ansias, con mucha dedicación y esfuerzo durante todo el año. Es una de esas noches en las que el esfuerzo de tantos se refleja en cada paso que damos”, afirma el hermano mayor.

“Lo que sentimos esta noche es difícil de explicar. Es un momento que solo quienes lo hemos vivido sabemos lo que significa. Cartagena es nuestra casa, y cada Jueves Santo la ciudad se convierte en el reflejo de nuestra devoción.”