Desesperación entre las familias del centro Osotu Lanbarri de Güeñes: “Estamos abocados al cierre si no se llega a una solución mañana”
La AMPA del centro se reunirá mañana con el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, pero, critican, “sin un orden del día”
Bilbao - Publicado el - Actualizado
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Mientras muchas familias están estos días comprando el material escolar de sus hijos, y haciendo encajes de bolillos con los horarios de las primeras semanas, otras, las del centro Osotu Lanbarri de Guëñes, ni siquiera saben si el centro va a poder continuar dando clases.
El curso escolar peligra para más de 200 alumnos, y el equipo docente requiere estabilidad laboral. Para ello, van a manifestarse esta tarde en Bilbao a partir de las 18:00 horas. Además, llevan más de un mes manteniendo una acampada con huelga de hambre frente a la sede del Gobierno Vasco en Bilbao, para denunciar el silencio administrativo del Departamento de Educación.
Las familias temen por el riesgo de desaparición de un proyecto “abierto a todo el mundo con la inclusión como uno de los ejes integradores”, gracias a un modelo educativo “transformador”, un lugar amable para “alumnado diverso, incluyendo aquellos con dificultades como dislexia, trastorno de déficit de atención o hiperactividad o altas capacidades, que se desarrollan de forma exitosa junto al resto de sus compañeros”.
SILENCIO POR PARTE DEL GOBIERNO VASCO
En Cope Euskadi hemos hablado con una de las madres que están concentrándose estos días en Bilbao. Tiene un hijo de 8 años y, más que la incertidumbre de qué va a pasar con el centro, confiesa que lo que peor llevan es el silencio durante estas semanas por parte del Gobierno Vasco. “Sin duda, lo peor es que llevemos aquí 34 días durmiendo en la calle, en la puerta del Gobierno Vasco, y en huelga de hambre, y no hayan sido capaces de mandar un email o llamar a la dirección para saber qué va a ser de nosotros”.
La AMPA del centro se reunirá mañana con el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, pero, critican, “sin un orden del día”. “Pueden venir a contarnos el tiempo que ha hecho en agosto y ya está, y cada uno para su casa. Es que ni siquiera cuando haces una reunión de comunidad vas a ciegas, siempre hay orden del día. Básicamente, no sabemos de qué se va a hablar o qué temas quieren tratar, si va a ser de la continuidad del colegio o de lo que han cenado ayer”.
Las familias del colegio Osotu Lanbarri de Güeñes explican estos días desde la acampada que han montado que se llegó a un acuerdo con el Gobierno Vasco en 2023, “ya que ellos mismos han aceptado mil veces que la metodología pedagógica que tiene este centro es para aplaudir”, y que, en principio, en este curso “se iba a estudiar el ser concertado”.
“Entonces, de 2023 a ahora se iban a dar unos pasos con una serie de ayudas que les dan a los concertados, subiendo los porcentajes año tras año, que no se ha cumplido ni en el primer año. Y se ha llegado a este punto, y es que cuando iban a estudiar el tema de la concertación, no han tratado el tema. Para recibir una segunda ayuda, que todavía no se ha recibido, una de las premisas que tenía que cumplir el centro era bajar las cuotas. Y lo que han conseguido con eso es ahogar al colegio todavía más, porque no ha llegado esa ayuda y encima hay menos líquido en el cole, no hay dinero para nada. Estamos abocados al cierre si no se llega a una solución mañana”, añade la madre.
“Hay niños y niñas que vienen a este colegio después de haber estado en dos, tres, incluso alguno en cuatro, centros distintos. Y llegan a este colegio y reviven. Son niños que están machacados, que se les ha hecho creer que no valen para nada, y llegan aquí y en dos meses les ves que reviven. O sea, algo se hará distinto. No hacemos comparaciones con otros colegios, ni con otros profesores, ni nada de eso. Pero lo ves. Y es una incertidumbre tremenda no saber qué va a ser de ellos”, finaliza.