Entre lágrimas, las suyas, las de algunos parlamentarios y periodistas, han contado en la Cámara vasca dos afectadas con Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) su dura experiencia con un trastorno que es la enfermedad mental que causa más muertes, la que más ha crecido durante la pandemia y que aflora cada vez a edades más tempranas, mayoritariamente entre las mujeres. Ha sido fuera del hemiciclo y tras decaer la propuesta del grupo PP+Cs para que Osakidetza cree una unidad especializada en TCA.

No obstante, ha salido adelante por unanimidad un acuerdo para que el Departamento de Salud evalúe, antes de que finalice 2022 y junto a los afectados, la incidencia de este tipo de trastornos en la sociedad y los recursos específicos existentes, con el compromiso de que se "refuercen" si así se concluye.

Asimismo se reclaman protocolos de derivación específicos para las personas con TCA de gravedad "siempre que el equipo médico especializado así lo considere", a recursos de otras comunidades "asumiendo el correspondiente gasto sanitario" al igual que en los tratamientos de otras patoloías.

Músculos rotos por el ejercicio excesivo y eutanasia

Aitziber, madre y paciente, ha narrado su experiencia en Osakidetza y ha lamentado que años después no sabe a dónde acudir. "Estuve tres meses en un comedor terapeútico que era el despacho de un médico y encerrada 24 horas en una habitación con videovigilancia", ha relatado en un testimonio que choca con la atención “completa y precoz” que el PNV asegura se presta en Euskadi a quienes padecen trastornos alimentarios.

Testimonio en el que ha valorado como un avance que se abra la puerta a crear una unidad específica en TCA en Osakidetza y en la posibilidad de derivar los casos más graves a otras CCAA, si el profesional lo estima necesario, y asumir el gasto. Algo que no ocurrió con Alejandra, que se tuvo que empadronar en Ciudad Real tras la negativa de Osakidetza a trasladar su expediente para recibir allí una atención especializada. En su calvario personal ha sufrido desnutrición, osteoporosis, rotura de los músculos del abdomen por exceso de ejercicio y ha querido recurrir a la eutansia para quitarse la vida.

Aitziber y Alejandra pertenecen a ACABE, la asociación contra la anorexia y la bulimia en Euskadi, ahora cargada de esperanza.

Compromiso de Salud

Pese a no conseguir el apoyo a su propuesta, la popular Laura Garrido ha valorado el "amplio consenso" alcanzado y ha recordado el "sufrimiento" que padecen estas personas tanto en el plano físico como en el mental.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, afirmó recientemente que se va a crear un "grupo monográfico" sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) que revisará la evidencia científica y propondrá las recomendaciones pertinentes, tanto en la metodología de la asistencia a estos pacientes como en posibles recursos que sean necesarios.