El histórico convento de las Agustinas de Errenteria se convierte en un refugio de esperanza

El proyecto Miriam Etxea de Caritas Gipuzkoa ofrece una nueva oportunidad a mujeres migrantes en riesgo de exclusión severa con alojamiento y un proceso "personalizado" de integración en la comunidad

Usua Bilbao

San Sebastián - Publicado el - Actualizado

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El antiguo convento de las Agustinas en Errenteria, un edificio inaugurado en 1543, ha iniciado una nueva etapa tras la marcha de sus tres últimas religiosas. Después de casi cinco siglos de vida religiosa, el inmueble se ha convertido en un hogar para mujeres migrantes en riesgo extremo de sinhogarismo gracias a un proyecto pionero de Caritas Gipuzkoa, que cuenta con el apoyo del Obispo de San Sebastián, Fernando Prado, y la Orden de las Agustinas.

Un salvavidas ante la exclusión

La administradora de Caritas Gipuzkoa, Kontxi Elexpe, ha explicado en Cope Euskadi que la iniciativa busca ser "un hogar de esperanza para mujeres que están en exclusión social y que viven situaciones verdaderamente de desprotección". Estas mujeres, al llegar a Caritas, se encuentran en una situación límite, sin red de apoyo alguna.

Es un hogar de esperanza para mujeres que están en exclusión social"

Kontxi Elexpe, administradora de Caritas Gipuzkoa

El perfil mayoritario corresponde a mujeres latinoamericanas de entre 18 y 60 años. Según datos de la organización, de las 690 mujeres en situación de vulnerabilidad atendidas el año pasado, 419 estaban en situación administrativa irregular. "Todas ellas están absolutamente sin permiso de residencia ni trabajo, no tienen ni tan siquiera acceso a la sanidad, sin posibilidades de solicitar ayudas públicas, en fin, sin tan siquiera una red de protección mínima", ha detallado Kontxi.

Sin tan siquiera una red de protección mínima"

Kontxi Elexpe, administradora de Caritas Gipuzkoa

El nuevo hogar, bautizado como Miriam Etxea, acogerá específicamente a mujeres de 30 a 45 años que no tengan hijos a cargo, con autonomía para la vida diaria, sin grandes consumos activos ni conductas disruptivas y, por supuesto, sin recursos económicos ni apoyo sociofamiliar.

Un hogar para reconstruir la vida

Para poner en marcha Miriam Etxea, se ha adaptado la planta superior del convento. Las antiguas celdas de las monjas son ahora "habitaciones muy dignas", y se ha acondicionado una cocina-sala para la convivencia. Inicialmente, el centro acogerá a seis mujeres, aunque la intención es poder ampliar la capacidad en el futuro.

La decisión de crear este recurso surgió, según ha explicado Kontxi, al observar en los últimos años "que la situación en calle de mujeres va un poco en aumento". La preocupación por la precariedad que sufren, sumada al reto lanzado por el obispo de San Sebastián, Fernando Prado, en el año jubilar para realizar un gesto significativo, impulsó a Caritas a desarrollar "un recurso específico para acompañar y cuidar a estas mujeres".

Presentación del nuevo recurso Miriam Etxea en Errenteria

Acompañamiento hacia la autonomía

El modelo de intervención se centra en la persona, con planes individualizados que respetan los ritmos de cada mujer. El acompañamiento abarca múltiples áreas: personal (hábitos, salud, competencias), legal (para iniciar la regularización de su situación), formativo-laboral, psicológica (autoestima, habilidades emocionales) y de integración comunitaria en el barrio de las Agustinas para tejer nuevos vínculos.

Se estima que la estancia en el hogar dure entre 12 y 18 meses, tiempo en el que se espera que las mujeres puedan "dar pasos hacia una vida ya autónoma, independiente". No obstante, la organización ha asegurado que continuará con el acompañamiento una vez dejen el recurso. El proyecto ya es una realidad y ha acogido esta misma semana a sus seis primeras residentes.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.