Cuando la adicción se convierte en "un problema compartido" con la familia
Josean Fernández, presidente de AERGI, analiza este lunes la relación entre las personas adictas y sus familiares en un nuevo ciclo de charlas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Josean Fernández, presidente de AERGI y Master en Prevención y Drogodependecias por la Universidad de Valencia se sumerge este lunes en las profundidades de la relación entre las personas adictas y su entorno más cercano. El encuentro será este lunes a las 19:30 en la sede de AERGI hasta agotar aforo pero podrá seguirse también de forma online a través de la página web de la asociación: www.aergi.es.
Josean Fernández aclara que el escenario familiar suele ser un polvorín emocional en una relación con la persona adicta y que pasa por varias etapas. Una en el momento de inicio en la adicción en la que el ocultismo prevalece y en la que no se quiere ver que existe un problema. Otra con sobreproteccionismo cuando se está muy encima de la persona y en algunos casos, sin pretenderlo, se transforma en alimentación ya que la actuación hace que la persona se refugie en su adicción para huir del entorno familiar. "Las familias se encuentran en una situación de coadicción y el error está en pensar que el problema lo tiene solo la persona que consume", explica Fernánde.
Otro de los aspectos en los que incidirá Fernández en la charla es la obsesión del entorno familiar, sobre todo el más allegado, a controlar al adicto. Esta obsesión se centra en controlar su comportamiento y toda su atención y energía concentra en ello. Josean afirma que la gran paradoja está en que cuando la persona adicta está bien es entonces cuando la parte coadicta (familiares muy allegados) está mal y al revés también ocurre pues la familia está volcada en la ayuda al adicto. Y es que en una situación de adicción todo empieza por las justificaciones. El adicto, empieza a justificar su comportamiento sin que nadie le pida explicaciones. Se presentan gestos e incluso violencia verbal o física que alteran la paz del núcleo familiar. También es palpable, por parte de la familia que la persona adicta suele tener problemas con su entorno social y falta de manera continuada en su puesto laboral.
Lo primero ponerse en contacto con profesionales y con centros como AERGI donde se les puede facilitar una serie de claves con las que abordar a la persona adicta. Cuando y cómo abordarle con el problema, que tipo de diálogo llevar en esa tesitura y cuales son las opciones no negociables que hay que llevar con esa persona adicta. "Siempre que se hable con una persona adicta hay que dejar claro que hay una solución y esa palabra tiene que quedar grabada a fuego en esa mente", añade Josean Fernández.