Surfing cuando crece el Ebro

En la localidad navarra de Milagro, a 7 Kilómetros del municipio riojano de Alfaro, desemboca el río Aragón en el Ebro. Cuando se juntan, el cauce se multiplica por tres debido a la gran anchura que coge, resultando la unión de los dos ríos algo impresionante. La zona próxima a la Reserva Natural de los Sotos del Ebro suele ser un punto de encuentro para los riojanos y navarros que acuden a observar las crecidas extraordinarias.

Cuando el Ebro trae mucho caudal y el Aragón también lleva lo suyo, el agua se mueve con tanta fuerza creando un fenómeno natural que se asemeja a que lo que conocemos como una ola y entonces !zas!, ahí está, la esperanza de surfear en un río hecha realidad, en una ola estática  que no es muy alta pero que permite practicar pequeños giros sobre una tabla de surf.

Así, durante los días de mayor crecida, se pueden observar tanto en las redes sociales como en 'youtube' vídeos publicados de surfistas que acuden a la zona  para pasar un buen rato sin necesidad de estar cerca del mar y aunque resulte extraño, si, hay muchas olas de río que se pueden surfear. 

El origen de esta práctica, tal vez, la encontremos en Pororoca, la ola que se surfea en el Amazonas, en Brasil, y que reúne a decenas de surfistas de todas las partes del mundo para dominar la furia de las olas del río. Pororoca es una onomatopeya de la lengua tupí-guaraní pororó-ká, que significa “gran estruendo” y se utiliza para designar un fenómeno similar al que se conoce como macareo en el delta del río Orinoco, que se manifiesta como una especie de oleaje ruidoso que recorren los grandes ríos del norte del país, especialmente el río Amazonas, a partir de su desembocadura durante decenas de kilómetros.