Explosión brutal de parásitos como las garrapatas durante la primavera y el verano

El cambio climático provoca que se incremente su presencia. Prevenir es sencillo, barato y totalmente imprescindible. Son vectores de enfermedades que pueden ser muy graves

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El cambio climático provoca que se incremente la presencia de pulgas y garrapatas en primavera y verano. Prevenir es sencillo, barato y totalmente imprescindible. Estos parásitos son vectores de enfermedades que pueden ser muy graves e incluso mortales para nuestras mascotas. Pilar Mendoza, propietaria de Gallarza Centro Veterinario en Logroño, ha explicado en COPE Rioja las principales claves que tenemos que conocer sobre las garrapatas y nuestras mascotas:

Las garrapatas son parásitos más cercanos a los ácaros que a las pulgas y a los mosquitos. No saltan, ni vuelan: su estrategia consiste en esperar escondidas en la hierba y en los matorrales, y que pase a su lado un posible hospedador, así es como se llama la víctima de la garrapata, que puede ser un perro, un gato, una persona… Son más frecuentes en primavera y verano, aunque en zonas rurales están presentes todo el año. Además, el cambio climático también influye. Según nos Pilar Mendoza, propietaria de Gallarza Centro Veterinario, "en primavera-verano hay una explosión de pulgas y garrapatas brutal".

Estos parásitos son vectores de enfermedades que pueden ser muy graves e incluso mortales para nuestras mascotas. Prevenir, nos cuenta Pilar, es sencillo y económico. Encontramos en el mercado pipetas, collares o pastillas orales:

¿Son peligrosas para las personas? Sí, las garrapatas pueden picar también a las personas y algunos de los agentes patógenos que afectan a las mascotas pueden originar enfermedades también en el ser humano. Por eso hay que extremar las medidas de protección si se extrae manualmente una garrapata enganchada en la piel de un perro o de un gato.

Esto es importante para asegurar que los humanos no estén expuestos a cualquier fluido de la garrapata con un potencial contenido de patógenos, y evita además que las garrapatas no puedan encontrar posteriormente un hospedador humano.

Las garrapatas son “ácaros gigantes”, y su tamaño es de 0,5 cm a 1 cm, pero las hembras pueden alcanzar más tamaño cuando se están alimentando de sangre. Así que podemos detectar estos parásitos a simple vista, revisando a menudo el pelo del animal, sobre todo en las estaciones de primavera y verano, y con más cuidado si hemos paseado por parques o zonas con árboles, hierba y matorrales.

En zonas donde se disfruta de un clima templado incluso en invierno, como en la costa mediterránea o en las Islas Baleares y Canarias sería conveniente mantenerse alerta todo el año y revisar el pelo de la mascota de forma habitual.

Hay que explorar especialmente las zonas del cuerpo donde es más probable encontrar garrapatas: orejas, cara, cuello, axilas, región inguinal, entre los dedos y en las regiones corporales donde la piel es más fina.

En los gatos, debido a sus hábitos de acicalamiento, puede ser más difícil encontrar garrapatas pero esto no es una razón para no tomar medidas preventivas. De hecho, el comportamiento explorador de los gatos les expone a un mayor riesgo cuando pasean por los jardines.

El grado de infestación de garrapatas puede variar en función de algunos factores: por ejemplo, si la población de perros de un lugar determinado está tratada con antiparasitarios, la incidencia será menor. También existen algunos factores individuales: en perros jóvenes hay más riesgo y algunas razas como el Cocker Spaniel parecen ser más susceptibles a la parasitación por garrapatas.

Las garrapatas y las infecciones que transmiten pueden provocar la aparición de signos de enfermedad en el perro o en el gato: el animal puede mostrarse decaído, con fiebre, sin apetito, etc. En estos casos, y más si se ha descubierto en su piel alguna garrapata, hay que avisar inmediatamente al veterinario.

Consejos de Gallarza Centro Veterinario, dirigido por la veterinaria Pilar Mendoza Labarquilla:

Pilar Mendoza, propietaria de Gallarza Centro Veterinario en Logroño