El mejor cordero asado se sigue sirviendo en el 'Terete' de Haro

El restaurante 'Terete' de Haro celebra sus undécimas jornadas del cordero chamarito del 4 al 26 de febrero próximos, en la calle Lucrecia Arana, 17. El teléfono de reservas es el 941310023.

En estas jornadas se ofrecerá un menú degustación a base de espárragos de Navarra, asadurilla con huevo al horno, cordero chamarito asado en horno de leña, ensalada, sorbete de cuajada, café y vino, al precio de 36 euros más IVA.

Alberto Gutiérrez, uno de sus propietarios, revelaba hoy en COPE Rioja el principal 'secreto' de sus corderos asados. Y, en su opinión, el único secreto de su plato estrella es "la excelente calidad de la carne" de los corderos chamaritos que pasan por su horno, "el ibérico del cordero", como le gusta decir siempre al hostelero. "Unos tiernos animales de apenas 25 días, elegidos personalmente en los corrales y asados lentamente en nuestro antiguo horno de leña, sin más secreto que una buena carne joven y tierna, asada lentamente con un poco de agua, en cazuela de barro y con mucho cariño".

La sal se añade después, una vez en el plato, porque, según Alberto, "reseca mucho la carne. De hecho, yo siempre lo como sin sal porque es tan jugoso y sabroso que, en mi opinión, no la necesita".

Junto a sus hermanos Cristina y Javier sigue al frente de un negocio que desde que encendió su horno por primera vez en el año 1877, todavía no se ha apagado.Un horno que, según Alberto, “consume diariamente unos 100 kilos de leña de haya procedentes de la zona de Ezcaray”.

Un negocio familiar de 146 años

Cristina, Javier y Alberto Gutiérrez continúan al frente de un negocio familiar, que abrió sus puertas en la ciudad de Haro en 1877 como horno de asar, restaurante, carnicería y tienda de vinos.

Son los descendientes directos de Alberto Andrés Alonso. La quinta generación de una familia que ha hecho del conocido restaurante 'Terete', uno de los templos donde poder degustar el mejor cordero asado.

La oveja chamarita es una raza autóctona de La Rioja, que se concentra principalmente en los valles del Cidacos y del Linares. En dichas zonas, los rebaños de oveja chamarita se alimentan en el campo, aprovechando los pastos naturales y la flora silvestre. Las condiciones de vida y cría de estos animales motivan la calidad del cordero chamarito, que es alimentado exclusivamente con leche materna hasta su sacrificio.