Almeida lo intentó con otra niña que dio la voz de alarma: "Papá, papá un señor se está llevando a Álex"

Crimen Lardero: La policía recibió una semana anterior del asesinato de Alex una llamada "alertando de una situación parecida"

La Sala 13 de la Audiencia Provincial de Logroño acoge el juicio

Álvaro de los Ríos

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 13:49

En la Sala 13 de la Audiencia Provincial de Logroño, continúa en la Audiencia Provincial de Logroño el juicio con jurado contra Francisco Javier Almeida, por el crimen de Lardero. Acusado de asesinato y agresión sexual a un niño, Álex. Han declarado 4 Policías Locales, 1 Guardia Civil, 2 funcionarios de Prisiones más un testigo.

La policía recibió una semana anterior del asesinato de Alex una llamada "alertando de una situación parecida".


Y el dueño del merendero que estaba con los padres de Álex cuando el niño desapareció en el parque ha declarado que Almeida intentó llevarse antes a su hija.


Después fue esa niña quien alertó, un hombre se había llevado a Álex.


Los niños le ponían cara a Almeida y tenían, incluso, localizado el portal donde vivía. En el barrio se oía, desde hacía tiempo, que había una persona, un tanto extraña.


En aquella tarde de octubre el acusado se sentó en un banco del parque, observó y seleccionó la víctima.


Ha testificado el director de la cárcel de Logroño. Ha contado cómo Almeida entregó, en mano, una carta a un funcionario que llegó al director. La carta, que ha sido exhibida como prueba a petición de la fiscalía, comenzaba diciendo: "Soy el que ha matado al niño de Lardero".


El Fiscal pide para Francisco Javier Almeida prisión permanente revisable por un delito de asesinato; y quince años de cárcel por un delito de agresión sexual. Los policías locales que intervinieron en el dispositivo de búsqueda de Álex han dicho que, cuando sorprendieron al acusado en su edificio con el niño en brazos, intentó "ocultarlo".

Han añadido que Almeida estaba "muy tranquilo" cuando lo detuvieron y solo les dijo que el niño se había "desmayado". Todos han coincidido en que Almeida no olía al alcohol, ni parecía borracho, ya que mantenía la verticalidad con el niño en brazos.