Las ayudas otorgadas han sido mayoritariamente a personas provenientes de Colombia (64%) y Venezuela (26%), mientras que sólo el 10% restante procede de otras nacionalidades. En todos los casos se trata de personas que han pedido protección internacional en Menorca y que, por diferentes razones, requerían de un apoyo inicial para comenzar una nueva vida en la isla. De hecho, la duración de estas ayudas es puntual y por un plazo máximo de seis meses. La causa de esta temporalidad es porque durante el primer medio año de su llegada a España sólo se les concede el permiso de residencia, pero no de trabajo, lo que sitúa a estas personas en una situación de discriminación respecto de el resto de ciudadanía.

Estas circunstancias agravan aún más el acceso a una vivienda digna por parte de las personas solicitantes de asilo, que en la mayoría de los casos terminan alquilando habitaciones o compartiendo pisos.

Las personas solicitantes de asilo tienen reconocido el derecho de amparo a la normativa internacional y en las cartas de los derechos humanos. También la Constitución española, en su artículo 13.4, reconoce el derecho mientras que la Ley de asilo regula su protección.
El año 2018, el Fons Menorquí de Cooperació aprobó, un plan de acogida para personas solicitantes de protección internacional, empujado por la movilización de la ciudadanía menorquina y el compromiso de los ocho ayuntamientos de la isla y el Consell de Menorca. En este marco, se aprobó la dotación de un bote de vivienda de 114.413 euros, de los que la mitad procedieron de aportaciones extraordinarias de las administraciones públicas y la mitad restante fue aportado directamente por el Fons Menorquí de Cooperació. Mientras, en el año 2020 la Consejería de Bienestar del Consell de Menorca ha ampliado la dotación con una aportación de 5.000 euros.

La tramitación de las ayudas se ha hecho con la colaboración de los Servicios Sociales de los diferentes municipios para garantizar una mayor transparencia, la equidad de oportunidades y para evitar duplicidad de atenciones.

Las cifras de movilidad humana se han multiplicado y el número de personas que huyen de su casa debido a la guerra, la persecución o los conflictos ha alcanzado máximos históricos. En su viaje y muchas veces también a la llegada al país de destino, se encuentran en múltiples dificultades que les impiden acceder a la protección reconocida por los tratados y legislación internacional. La convocatoria de ayudas del Fondo Menorquín ha servido para facilitar el acceso de las personas solicitantes de asilo a la dotación de vivienda mínima para un proceso de acogida digno.