Maó refuerza el control a grandes consumidores para frenar el gasto de agua en plena sequía
El Ayuntamiento inspecciona empresas con alto consumo y endurece las restricciones mientras pide a vecinos y turistas un uso responsable del recurso
Menorca - Publicado el
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Maó afronta un verano marcado por la sequía y el incremento de la demanda de agua. La prealerta decretada en Menorca ha llevado al Ayuntamiento a endurecer las medidas y aumentar la vigilancia para garantizar el suministro durante los meses más críticos.
Desde el 31 de julio, técnicos municipales y agentes de la Policía Local realizan visitas a empresas catalogadas como grandes consumidoras de agua, comenzando por las compañías de alquiler y limpieza de vehículos, sectores con un uso intensivo del recurso. Estas inspecciones verifican el cumplimiento de las restricciones del Plan de Emergencia por Sequía y sirven también para informar y resolver dudas que permitan una reducción efectiva del consumo. Las empresas inspeccionadas reciben, además, documentación detallada sobre los límites de consumo establecidos, buenas prácticas y métodos alternativos para optimizar el uso del agua sin afectar su actividad.
Restricciones inmediatas y vigilancia reforzada
El bando municipal publicado el 23 de julio establece seis medidas urgentes:
Prohibido usar agua de la red para limpiar embarcaciones con manguera.
Prohibido el riego de césped ornamental con agua potable.
Prohibida la recarga de cruceros en el municipio.
Restringida la limpieza de vehículos, que solo podrá hacerse con sistemas de bajo consumo.
Recomendado cubrir las piscinas para evitar evaporación.
Recomendado no usar agua de la red para limpiar terrazas.
Estas restricciones afectan tanto a vecinos como a turistas, que deberán adaptar sus hábitos para reducir el gasto de un recurso que se encuentra en niveles críticos. Los establecimientos turísticos, en particular, están recibiendo instrucciones específicas para optimizar el consumo en lavanderías, spas y zonas verdes, donde se recomienda el uso de aguas regeneradas o la instalación de sistemas de riego inteligente.
El consistorio también ha solicitado a la Autoridad Portuaria de Baleares que refuerce el control sobre los abonados del puerto y el sector náutico, áreas donde el consumo alcanza cifras críticas en verano. El objetivo es evitar despilfarros y garantizar que los usos se limiten estrictamente a lo esencial.
Un verano crítico que exige responsabilidad colectiva
La comisión de seguimiento del Plan de Emergencia aprobó este paquete de acciones para contener el consumo en un contexto de sequía generalizada. La falta de lluvias sostenidas está generando una presión creciente sobre los acuíferos, que no se recargan al ritmo necesario. A esta situación se suma la intensa actividad turística, que incrementa notablemente la población flotante y, por tanto, el gasto de agua potable en hoteles, apartamentos, restaurantes y actividades de ocio.
Las reservas actuales de agua en el municipio se sitúan en torno al 42%, un nivel que se considera bajo para estas fechas y que refuerza la necesidad de aplicar medidas más estrictas. Este porcentaje indica que, sin una reducción significativa del consumo, podrían registrarse problemas de suministro si la sequía persiste.
Para evitar que la situación se agrave, el Ayuntamiento ha intensificado su mensaje de concienciación y ha lanzado campañas informativas con recomendaciones para adoptar hábitos sostenibles. Estas campañas se difunden a través de medios de comunicación, redes sociales, cartelería en puntos estratégicos de la ciudad y avisos en alojamientos turísticos, de modo que residentes y visitantes puedan conocer las medidas y aplicarlas en su día a día. Reducir el gasto de agua se considera una obligación y no una opción para afrontar agosto, el mes de mayor presión hídrica.
Además, se están estudiando nuevas posibles restricciones si el consumo no disminuye en las próximas semanas. Entre las medidas que podrían activarse figuran limitaciones horarias para determinados usos no esenciales y el incremento de las sanciones a quienes incumplan las normas.
Complemento al plan: inversiones y apoyo externo
Aunque las inspecciones y restricciones son ahora la prioridad, el Ayuntamiento sigue reforzando su red de suministro. Entre las medidas complementarias destacan la modernización de la planta desnitrificadora de Malbúger, que mejorará la calidad del agua y evitará fallos técnicos, y la puesta en marcha de la nueva planta de Sant Climent, que permitirá aumentar la producción de agua potable y reducir la dependencia de los acuíferos.
Asimismo, se mantiene el apoyo del Ministerio de Defensa, que desde 2014 cede 30.000 m³ de agua potable desde los pozos de Son Arroçet, un recurso adicional que contribuye a aliviar la presión sobre la red en plena temporada alta. Este volumen se destina directamente a la red municipal, mientras que una parte se reserva para instalaciones militares y otra se mantiene como volumen de seguridad, asegurando la sostenibilidad del pozo.
La combinación de controles, inversión tecnológica y aportaciones externas refuerza la capacidad de respuesta de Maó frente a la crisis hídrica, pero el éxito de estas acciones depende en gran medida de la colaboración ciudadana.
Con controles más estrictos, inversiones estratégicas y una mayor concienciación social, Maó confía en afrontar el verano con garantías, siempre que vecinos, turistas y empresas asuman la necesidad de reducir el consumo de un recurso tan esencial como limitado. La protección del agua se ha convertido en un reto colectivo que marcará la gestión de los próximos meses y que condicionará también el futuro de la isla en un escenario de cambio climático.