Dos diseñadores menorquines, Nico Anglada y Clara Capó, han creado en colaboración con la ONG, Per la Mar Viva, una línea de abarca menorquina eco sostenible, cuyas suelas están hechas a partir de tres botellas de plástico, consiguiendo dar una nueva vida a los materiales recogidos en las costas menorquinas.

“Nace de una necesidad, hoy en día hay muchos plásticos y tenemos que cuidar el planeta. Las marcas debemos ser responsables, elaborando productos más sostenibles para el consumidor”, ha señalado Nico Anglada.

Todo el proceso de fabricación de las abarcas EcoPwani se lleva a cabo íntegramente en Menorca a través de talleres locales de calzado, para conseguir una mínima huella ecológica.

Las abarcas están confeccionadas sobre una base de residuos marinos, con la que se pretende concienciar a la sociedad sobre la problemática de los plásticos vertidos en el mar.

“Trabajamos bajo comanda, puramente online a través de la página de Facebook de EcoPwani Menorca y nos gustaría salir a las tiendas a comercializarlo, pero es un mal momento a causa de los cierres, falta de planificación e incertidumbre que ha provocado el covid-19 en todo el tejido económico”, ha destacado.

El nuevo modelo ha superado las pruebas de resistencia y durabilidad recomendadas por el Instituto Tecnológico del Calzado, y el proceso de elaboración se lleva a cabo en la isla a través de talleres locales de calzado.

La suela de estas avarcas no se cose solamente con la plantilla, si no que se encola mediante una técnica especial que mejora su acabado.

“Tenemos material suficiente para continuar confeccionando abarcas. Ojalá llegue el día de no disponer de plásticos, sería buena señal ya que que se habría solucionado la problemática de los residuos vertidos en nuestro medio natural”, ha explicado.

BAÑADORES FABRICADOS CON 7 BOTELLAS

Las aplicaciones del plástico recuperado en el mar no solo las vemos en calzado ya que una empresa creada en Ibiza por cuatro jóvenes Sloppy Tunas ha conseguido producir bañadores con el plástico que se encuentra en el mar Mediterráneo.

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Se calcula que 10 millones de toneladas de plástico se vierten en el mar cada año y sólo el 9 % de las toneladas de plásticos producidos se recicla.

Esta empresa balear compra el plástico a fundaciones portuarias a partir de los residuos que sacan del mar los pescadores en sus redes “ayudamos así también a la economía de los pescadores”.