Preocupación y miedo en el sector del ocio nocturno de Baleares después de conocer los datos de una encuesta segregada que demuestra que el panorama en el sector es muy desalentador: el 100% de las empresas califican su situación como mala o muy mala y el índice de confianza se sitúa en el 1 en una escala del 1 al 5. Más del 87% de los locales permanece cerrado y casi el 64% de ellos no podrá sobrevivir a 2020 si las condiciones no cambian.

El presidente de ABONE (Asociación balear del ocio nocturno y entretenimiento), Jesús Sánchez, pide al Govern recuperar los espacios de diálogo para activar medidas que suavicen la situación tan complicada que están viviendo y evitar que más de la mitad de los establecimientos cierren sus puertas definitivamente.

Los establecimientos se han visto obligados a hacer frente a muchos gastos. Para hacerse una idea: dejando de lado los salarios, el promedio mensual de gastos fijos de una discoteca es de 23.000 euros y de un bar son 5.000.

Olvidados por el Govern

Explica Sánchez que en un principio, la consellería se comprometió a llevar a cabo reuniones quincenales. Algo que no ha ocurrido ya que esos encuentros se han producido dos veces desde junio. Hace 15 días solicitaron una entrevista con la presidenta del Govern, Francina Armengol para que conozca la situación y poner en marcha ese plan de choque tan necesario para que las empresas no desaparezcan. Todavía esperan.

Mientras, asegura Sánchez que seguirán haciendo gala de su imaginación poniendo encima de la mesa todo lo necesario para intentar sobrevivir. Desde el inicio de la pandemia, el sector se sujeta en los datos epidemiológicos para pedir al Govern que les permita abrir. El ejecutivo asegura que las salas de ocio son el principal foco de infección cuando están cerradas y Sánchez denuncia que les metan en el mismo cajón que las fiestas ilegales.