Los siete pecados capitales del Celta en Bulgaria

El equipo vigués tardó 75 minutos en entrar en el partido europeo ante el Ludogorets

Santi Peón

Vigo - Publicado el

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El Celta llegó demasiado tarde a Razgrad. Y Europa no espera por los rezagados. Creyó que el partido podría ser más fácil de lo que realmente fue y eso le hizo perder un duelo que, a pesar de todo, bien pudo empatar o, incluso, ganar. Pero concatenó demasiados errores que le privaron de sumar ante el Ludogorets en la quinta jornada de la UEFA Europa League.

 SOBERBIA  

Seguramente, el mayor de los pecados cometidos por el equipo antes de afrontar el partido. Los antecedentes del rival de anoche ante el Betis, que ganó sin demasiado esfuerzo hace algunas semanas, y la evidente diferencia de nivel entre gallegos y búlgaros, hicieron que el Celta se considerase ganador antes de que el choque hubiese siquiera empezado. Cuanto menos, que iba a ser más fácil de lo que resultó finalmente.

 PEREZA  

Seguramente, al hilo del párrafo anterior, lo largo del desplazamiento no ayudó a que las sensaciones fuesen mejores. 

Entrenamiento más temprano de lo habitual, viaje largo de más de cuatro horas en avión, salida con retraso sobre la hora prevista y otra hora y media en autobús por territorio búlgaro. Todo ello lejos de las comodidades a las que los futbolistas están acostumbrados.

 GULA  

En este caso, el equipo pecó por defecto. Cuando realmente vio que el partido estaba perdido fue cuando apareció una versión más similar a lo que este Celta puede realmente dar. Pero era demasiado tarde. La reacción se hizo esperar demasiado y la cuesta arriba era casi insalvable. Al Celta le faltó hambre en Bulgaria, quizá porque venía saciado de la anterior salida a Zagreb

 AVARICIA  

Seguramente este haya sido el pecado capital cometido por el técnico. Claudio Giráldez quiso amarrar antes el partido contra el Espanyol de Liga que el del Ludogorets de Europa League. Quizá así pueda explicarse la alineación de anoche en Razgrad. Muchas juventud en la alineación, que viene siendo seña de identidad del cuerpo técnico, pero que en Bulgaria le pasó factura. Muchos de los pesos pesados del vestuario iniciaron como suplentes un duelo que pedía otra cosa.

 IRA  

Con el resultado muy cuesta arriba, con un 3-0 en contra, y con el cronómetro apretando a los celestes, salió una mejor versión del equipo. A ello contribuyó la entrada de aire fresco desde el banco de suplentes. Bryan Zaragoza, Pablo Durán y Iago Aspas aportaron en ataque en quince minutos más que el resto de sus compañeros en los setenta y cinco anteriores. El ataque de rabio fue tardío, aunque a punto estuvo de ser efectivo. 

 LUJURIA   

Precisamente a raíz de la entrada de jugadores frescos, el Celta inició un recital en el que puso contra las cuerdas al Ludogorets. Disfrutó de varias ocasiones muy claras para, primero, acercarse en el marcador. Más tarde, El Abdellaoui tuvo una ocasión clarísima para haber conseguido el empate a tres, en una opción que desbarató el portero local.

 ENVIDIA  

La que sintieron al término del partido los jugadores del Celta por ver cómo sus rivales podían celebrar una victoria, seguramente inesperada. Un resultado que aparca la clasificación virtual para la ronda de eliminatorias y que obliga a los celestes a seguir sumando en los tres partidos que restan hasta terminar la fase de liga de la Europa League.