¿Están las energías renovables detrás del gran apagón?

Carlos Oliete, experto en energía y miembro del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia, explica en COPE los posibles motivos y explicaciones de este apagón sin predecentes

Redacción COPE Pontevedra

Pontevedra - Publicado el - Actualizado

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El apagón que afectó la península ibérica el pasado 28 de abril de 2025 es un hecho "extraordinariamente anormal y único" en un país con una infraestructura eléctrica avanzada. Así lo explicó en COPE Pontevedra Carlos Oliete, experto en energía del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia, que ofreció sus claves sobre las posibles causas de este incidente, destacando la necesidad de un análisis exhaustivo.

Según Oliete, un apagón a nivel peninsular como este es casi único en la historia reciente de países eléctricamente avanzados. Aunque ha habido ceros importantes en el pasado en lugares como Estados Unidos y Canadá en los años 60 y 70, o actualmente en países con carencias de infraestructuras como Cuba y Venezuela, un cero en un país con instalaciones punteras como España es realmente inaudito y, hasta ahora, inexplicable.

El experto subraya que la causa exacta del apagón es actualmente inexplicable y que será responsabilidad de Red Eléctrica —que dispone de cajas negras con miles de datos— analizar la información para determinar qué ocurrió. Sin embargo, Oliete apunta a una posible novedad en el sistema energético español en los últimos años que podría estar relacionada con este fenómeno extraordinario: la entrada con muchísima fuerza de las energías renovables, como la solar fotovoltaica y la eólica.

Aunque la integración de las renovables es muy positiva desde el punto de vista medioambiental, por sus emisiones cero, tienen, en su opinión, ciertas limitaciones. A diferencia de las energías de base como la hidráulica, la nuclear o la térmica, que son muy estables, la eólica y la solar son consideradas menos estables o volátiles. Esto se debe a que sus condiciones de generación no siempre son constantes; por ejemplo, una nube o una variación del viento pueden causar cambios importantes en la producción. Si estas variaciones ocurren cuando el porcentaje de generación renovable en la red es elevado, pueden provocar oscilaciones en la red.

Analizando las condiciones del día del apagón, Oliete señaló que el 28 de abril, alrededor de las 12:30, el consumo en España era de aproximadamente 25.000 MW, un consumo que no era elevado si se compara con la capacidad total del país (hasta 100.000 MW) o con picos anteriores (más de 40.000 MW). Tampoco se conocieron fallos en la red de transporte de energía, como líneas caídas o subestaciones incendiadas. Por tanto, el fallo parece estar claramente en la parte de la generación.

Lo más llamativo fue la desaparición repentina de unos 15 GW. Considerando que, según los datos que manejaba el experto, la energía renovable (solar y eólica) suponía en ese momento prácticamente 12.000 MW, Oliete sugiere que cayó toda la energía renovable o gran parte de ella.

La hipótesis que plantea es que, al ser tan alta la capacidad de generación respecto al consumo de estas energías menos estables, pudo haberse producido una inestabilidad en la red de transporte. Las líneas eléctricas, comparadas con autopistas de electrones, requieren condiciones determinadas de tensión y frecuencia. Si las variaciones introducidas por las renovables fueron demasiado grandes, pudieron llevar a la red a un punto en el que no solo cayeron esas centrales, sino también otras que estuvieran generando. El resultado sería un efecto "castillo de naipes" que llevó al sistema a cero.

Finalmente, Carlos Oliete concluye que este evento debería servir para revisar todos nuestros paradigmas y sistemas de control del sistema eléctrico, especialmente ahora que la participación de las energías renovables en el mercado es tan elevada.

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