Los expertos en aviación insisten en que volar es muy seguro, pero a los pasajeros del vuelo Fuerteventura-Santiago que operó Vueling el pasado sábado les va a ser difícil de olvidar lo que vivieron. Cuando estaban a pocos minutos de aterrizar en Galicia los pasajeros oyeron un fuerte estruendo, "una explosión en la parte delantera de la aeronave" y una fuerte luz en las ventanillas.

Gran parte del pasaje vivió momentos de pánico, se oyeron gritos e incluso algunas personas se marearon y vomitaron. Un rayo había impactado en el avión. "El ruido fue tremendo", relata a Cope Galicia uno de los pasajeros, Jesús Peón, que explica que hasta los tripulantes de vuelo parecían asustados. "Cerraron las cortinillas y no decían nada". Durante unos larguísimos minutos nadie sabía lo que había ocurrido.

Fueron las azafatas las que dieron explicaciones una vez se había normalizado la situación, y también el comandante lo hizo cuando estaban ya en tierra. 

A pesar del mal trago en el aire Jesús va a volver a subirse pronto a un avión. "Tengo un vuelo el próximo día 15", explica entre risas.