Llegamos pasadas las 11 de la mañana del lunes, 10 de mayo. En las noticias cuentan cómo este pasado fin de semana que dejamos atrás ha sido de fiestas ilegales, de botellones, de euforia por la desaparición del Estado de Alarma. No obstante, aquí las cosas siguen igual debido a la alta incidencia del coronavirus.

En Galicia son 5 los concellos en nivel máximo, esto supone que no puede haber reuniones de no convivientes, que sigue vigente el toque de queda desde las 23 h hasta las 6 de la madrugada o que está operativo el cierre perimetral que impide entradas y salidas de los límites municipales.

Estamos en la localidad coruñesa de Padrón, que nos recibe con ambiente gris, día de nubes y algunas lluvias y poca gente en las calles.

Paseamos por el casco urbano y encontramos las terrazas de los negocios hosteleros recogidas: no pueden servir en los locales, solo abren para recogida o servicio a domicilio. La Asociación de Hostelería nos confirma que "es un golpe duro, nos quedamos en punto muerto y perdemos mayo". Y es que, aunque ahora el tiempo no acompaña, es un mes ya de "alegría", de terrazas, de pimientos...

Un vecino, Jose, nos atiende en la calle y reconoce que se vive la situación con resignación. Él aun tiene dudas sobre si puede salir del municipio porque sus hijos juegan en un equipo de otro concello: "Están federados, así que suponemos que sí podemos salir para los partidos", pero lo confirmarán con el club.

Entramos en la Plaza de Abastos de la localidad de Rosalía de Castro, poco ambiente, las vendedoras que nos encontramos nos lo confirman: los lunes no suelen ser un buen día, pero este lunes es mucho peor.

Beatriz tiene un puesto de alimentación y nos asegura que "esto se veía venir". ¿Por qué? -preguntamos. Beatriz nos relata lo ocurrido el pasado fin de semana: "El día de la madre esto fue un desmadre, demasiada gente... ya decíamos, a ver cuántos casos salen de aquí y... ya ves, salieron".

María Jesús es frutera en este mercado y lamenta la situación: "No vivimos solo de los vecinos de Padrón, si aun pudiesen venir los de Cesures, Rois..." Nos pone un ejemplo que nos retrotrae a tiempos muy difíciles: "esto parece el primer confinamiento, pero sin colas para comprar".

• Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

Ya fuera de este recinto nos encontramos con Eliseo, es un vendedor de la ONCE que nos cuenta que no hay quien compre los cupones. Padrón celebra los domingos un mercadillo con puestos de comestibles y ropa y calzado que atrae a miles de personas del entorno. El pasado domingo se suspendió el mercado, salvo para los puestos de productos de alimentación y solo para los de casa, para los residentes de Padrón. Para Eliseo esto supone una caída de ingresos: "en un domingo de mercadillo normal vendo 120 o 130 cupones, este domingo, 20". ¡Anda!- Nos sorprendemos. Es muy ilustrativo y nos sirve para hacernos una idea de la situación.

Y de camino al coche de COPE nos atiende otra mujer. Se trata de Lucía. Nos explica que no vive en Padrón, sino en Rois, muy cerquita, pero viene al dentista, así que su entrada en el municipio está justificada. Cuando la paramos nos enseña el papel con el justificante médico y nos relata que nadie la ha parado a la entrada. Para ella esta situación es también difícil porque los municipios de alrededor tienen mucha relación con Padrón.