Entrar en el aeropuerto de Santiago en tiempo de pandemia impacta, y más cuando comparamos las cifras de pasajeros con las de otros años. Y es que la pandemia del coronavirus se ha llevado por delante el tráfico aéreo.

Hay que reflexionar: ¿Cuándo ha sido la última vez que has cogido un avión y para qué? ¿Cuándo crees que podrás volver a hacerlo? Seguro que la mayoría de ciudadanos ha olvidado cómo es esa sensación de subirse a un avión por placer y no entra en sus planes a corto plazo.

LAS CIFRAS NO ENGAÑAN

Por primera vez, al menos desde los registros de los años 2000, nunca Lavacolla movió menos pasaje que las otras dos terminales gallegas, Alvedro y Peinador, en A Coruña y Vigo. Es una información que nos confirman fuentes de AENA.

Pero es que este mes de marzo ha sido horroroso para las instalaciones compostelanas: 22.781 pasajeros pasaron por el aeropuerto Rosalía de Castro en el tercer mes de este año. Nada que ver con años anteriores y mucho menos esperable en Año Santo… y menos pasajeros que las terminales gallegas: son 1.300 viajeros menos que los que atendió Vigo o 1.075 menos de los que usaron las instalaciones de A Coruña.

¿QUIÉN UTILIZA EL AEROPUERTO DE SANTIAGO EN TIEMPOS DE PANDEMIA?

Las personas que vemos en estos tiempos en el aeródromo es gente a la que no le queda otro remedio que estar aquí...

Como Sergio que, debido a su trabajo, tiene que viajar mucho. Nos cuenta que la fotografía de Lavacolla, un aeropuerto casi desértico, es la misma imagen que ve en otras terminales de otras partes del mundo, aunque sí aprecia más ambiente y una recuperación en los aeropuertos de ciudades como Madrid o Barcelona.

También nos encontramos con Anabel, que llega de París para cuidar de su abuela. Es un viaje que realiza de manera periódica desde hace más de 20 años. Eso sí, nunca lo ha tenido tan difícil: lo que antes le llevaba dos horas, ahora, como mínimo, son 16, debido a las escalas. También menciona el precio del billete, que se encarece: ha pasado de pagar unos 80 euros a unos 180 de media por trayecto.

Aida es una monfortina que estudia Medicina en Barcelona: la encontramos a punto de coger uno de los tres vuelos que despegará este martes desde Lavacolla. Nos cuenta que desde la pandemia, es mucho más complicado encontrar combinación para venir a casa desde la ciudad condal... y menos mal que la vienen a recoger sus padres al aeropuerto!. Le pregunto si se hace test de antígenos cuando coge el avión y con una sonrisa me dice que que no le hace falta: "ya estoy vacunada!", asegura con satisfacción.

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UN DÍA EN EL AEROPUERTO DE SANTIAGO EN PLENA PANDEMIA

En una terminal casi vacía la megafonía recuerda a los viajeros que deben guardar la distancia de seguridad por motivos sanitarios: una trabajadora del aeropuerto nos explica que hoy aun es de los mejores días, hay gente... porque están programados cuatro llegadas y tres salidas. En la vida habría pensado que se iba a encontrar semejante panorama en la terminal de la capital de Galicia.

También la posibilidad de realizar un test de antígenos al aterrizar nos recuerda que vivimos en tiempos marcados por el covid: los pasajeros que lleguen pueden realizarse esa prueba, es voluntaria y los resultados tardan 15 minutos. Anabel nos cuenta que en la zona de recogida de las maletas "está señalado la zona del test, pero por lo que vi, solo la gente que quería, iba". Ella traía una PCR negativa desde París: "me acerqué a un guardia por si me quería ver la documentación... pero aquí nadie me controló nada, todo, como antes", asegura. También Sergio afirma que de los "veinte vuelos que ha podido hacer este año, solo en uno pidieron justificación de movilidad", por lo que concluye que "no hay controles".

Por lo demás, el escenario es de negocios con la persiana bajada. En todo el enorme recibidor que despide a los viajeros en el Rosalía de Castro-Lavacolla, solo la administración de lotería se mantiene abierta: el resto de los establecimientos comerciales están cerrados, algunos, como la cafetería, llevan así desde el confinamineto de hace un año.