La última promoción de Guardias Civiles ya empieza a ejercer desde sus nuevos destinos. Después de un largo camino para conseguir su objetivo, con una dura oposición por el medio, esta nueva remesa de agentes se muestra con ganas de poder empezar a desempeñar el trabajo que tanto esfuerzo les ha costado conseguir.

Así lo atestiguan Isaac y Estefanía, dos de estos nuevos agentes con los que hemos charlado en los micrófonos de COPE Galicia. Ambos se encuentran destinados en el cuartel de la localidad de Culleredo y llevan poco más de una semana ejerciendo su nuevo oficio.

Detrás de sus nombres se esconde una bonita historia de superación, ya que ambos tuvieron claro a lo que se querían dedicar desde muy jóvenes. En el caso de Isaac, de 23 años y natural de A Coruña, lo tuvo claro desde la temprana edad de cinco años, afirmando que "al final era lo que quería desde pequeñito y poder estarlo viviendo es cumplir un sueño", motivo por el cual se encuentra "más contento imposible".

De esta manera, culmina una etapa que reconoce que "se hace larga, porque al final es un temario muy duro y toda oposición es complicada", pero en la que nunca bajó los brazos, afirmando que el mejor motor es "ir pasando los filtros, así te vas retroalimentando y se va haciendo más ameno".

Ahora que por fin ha llegado al cuerpo, comenta lo contento que está en Culleredo y con sus compañeros, de los que sigue aprendiendo día a día con el objetivo de mejorar, sin planes en el largo plazo más allá de continuar con su formación y poder ascender.

Vocación por ayudar a los demás

Por su parte, Estefanía, de 30 años y natural de la vecina localidad de Arteixo, se muestra "sorprendida y contenta por poder desempeñar el trabajo por el que tanto hemos luchado en la oposición" después de sus primeros días en el cuerpo, al mismo tiempo que agradece a sus compañeros el trato recibido.

La vocación de Estefanía surgió un poco más tarde que en el caso de su compañero, cuando le entró la curiosidad después de un tenso suceso vivido por su madre, que terminó siendo el detonante. Así, tal y como cuenta la propia joven, la primera vez que pensó en enrolarse en el cuerpo ocurrió después de que su progenitora, que trabajaba en una gasolinera, sufriera un atraco.

"Mi madre sufió un atraco trabajando en su gasolinera y ahí fue cuando me nació mi vocación", comenta Estefanía

Esa fue su primera toma de contacto con la Guardia Civil, además del momento en el que pudo pararse a observar como era el trabajo del cuerpo y de los agentes: "Tuvieron que entrevistar a mi madre, que tuvo que ir al cuartel a identificar a los atracadores".

La buena actuación de los agentes, que consiguieron detener a los responsables en apenas un par de días, y el hecho de la tranquilidad que estos le habían generado a su madre, fue lo que le llevó a tomar la decisión de opositar.

Ahora ha conseguido entrar después de, como cuenta, "mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio", ya que por el camino explica que es necesario dejar de hacer "muchas cosas porque tienes que dedicar mucho tiempo en estudiar y a prepararte".

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Ahora, y a pesar de que lleva poco tiempo en el cuartel de Culleredo, Estefanía comenta que ya se han puesto manos a la obra con el trabajo, desempeñando labores variadas que van desde seguridad ciudadana, los controles, las funciones de atención ciudadana o la atención y seguimiento a víctimas de violencia de género, destacando lo gratificante que es ayudar a los demás.

Aunque eso sí, a pesar de que tiene claro que por el momento toca aprender, en el largo plazo le gustaría formar parte del escuadrón de caballería, lo que le llevaría a juntar su trabajo con otra de sus grandes pasiones, la equitación, deporte que practica desde hace tiempo.