El curioso origen de la Selva Negra de Santiago de Compostela

Actualmente municipal, fue propiedad de familias acaudaladas de la capital gallega

La Selva Negra conserva antiguos muros y restos de edificaciones

Alberto Varela

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Santiago de Compostela es una ciudad rodeada de parques y de espacios verdes. Además del casco histórico reconocido por la UNESCO, de la Catedral y de parques urbanos como la Alameda o San Domingos de Bonaval la capital de Galicia alberga reservas naturales de primer orden a pocos metros del centro.

Uno de los más recomendables es la falda del monte Pedroso, situada al Noroeste de la ciudad del Apóstol, y es allí donde está la Selva Negra, un espacio de 220.000 metros cuadrados en el que nos podemos perder entre carballos, castaños y hayas.

A la Selva Negra se accede desde el barrio de Casas Novas, una zona residencial próxima a Monte Pío, donde está la residencia oficial del presidente de la Xunta de Galicia.

Un espacio de vegetación autóctona

Actualmente la Selva Negra es propiedad municipal y el ayuntamiento de Santiago acometió en 2007 una intervención en la que se eliminaron especies invasoras como el eucalipto y la acacia.

Se plantaron, además, robles y castaños jóvenes junto a los de más edad que ya se conservaban en la zona. El resultado una década y media después es espectacular: un bosque tradicional de Galicia, surcado por riachuelos y con restos de muros piedra de antiguas construcciones, porque la Selva Negra no siempre fue un parque municipal.

El ayuntamiento de Santiago ha recuperado la vegetación autóctona en la Selva Negra

El ayuntamiento de Santiago ha recuperado la vegetación autóctona en la Selva Negra

Propiedad de familias acaudaladas

La historia de la Selva Negra comienza el en siglo XVII cuando el ayuntamiento de Santiago ordenó a los vecinos de parroquias como Aríns plantar árboles en un espacio antes ocupado por fincas. Así se hizo y de ahí la antigüedad de algunos de los ejemplares que podemos observar en la zona.

También se construyó una fuente que se convirtió en un epicentro de la vida social de la época. Su estado de conservación es muy bueno y se puede disfrutar de ella aún a día de hoy en la zona más al Norte del parque.

Hasta entonces la propiedad era del ayuntamiento y del convento de Santa Clara, pero en el siglo XIX la Selva Negra entra en una nueva etapa y se convierte en un espacio privado. La compra una familia acaudalada de la ciudad de Compostela y a partir de ahí la finca fue pasando de mano en mano.

Sus propietarios más conocidos fueron el catedrático de microbiología José Daporta y su mujer Rosita López Comunión, que se hicieron con el espacio a mediados del S XX.

Daporta había nacido en Cuba y tuvo un laboratorio de análisis clínicas y la librería Galí, que estaba en la rúa do Vilar, en el casco histórico de Santiago. El matrimonio llegó incluso a construir un pequeño estudio en la Selva Negra para poder pasar allí las tardes y los fines de semana.

Fue en 2007 cuando el Consorcio de Santiago adquirió a los herederos de Daporta el espacio a la propiedad y se lo cedió durante 30 años al concello. Una de las últimas actuaciones que se realizaron en el parque fue la consolidación del muro que rodea el espacio, que presentaba riesgo de derrumbe.

El consorcio de Santiago compró la Selva Negra en 2007

El consorcio de Santiago compró la Selva Negra en 2007

Junto a la Selva Negra, al lado del aparcamiento, se encuentra un parque con atracciones para los niños y una cafetería para poder tomar un café o una cerveza después del paseo. Si nos encontramos con ganas de seguir explorando la zona también podemos seguir hacia la cima del Monte Pedroso.

Basta con seguir la red de caminos suben hasta el punto más alto del monte, desde donde podemos disfrutar de una vista panorámica de Santiago y de la comarca. Desde arriba se puede ver el Pico Sacro o localidades próximas como O Milladoiro.

También nos encontramos con una torre de comunicaciones, una cabaña de control forestal e incluso hay restos arqueológicos. El CSIC ha catalogado allí pegroglifos que están debidamente señalizados.

Es interesante observar la diferencia de vegetación entre la Selva Negra y el resto del Monte Pedroso. Fuera de la zona de intervención encontramos numerosas especies foráneas como el eucalipto y sobre todo la acacia.


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