Hacer el Camino con ojos prestados: “He vivido una experiencia maravillosa”

Un grupo de personas con distintas discapacidades culminó la peregrinación desde Sarria con los voluntarios de "Zancadas sobre Ruedas". Budy vivió la experiencia escuchando lo que le contaban sus compañeros

Patricia Iglesias

Santiago - Publicado el

4 min lectura

Uno de los lemas de la asociación "Zancadas sobre Ruedas" es “si yo llego, tú llegas” y por supuesto, nadie ha quedado atrás en la peregrinación que arrancaron a comienzos de semana en Sarria, porque siempre había quien echase una mano.  Budy es un joven invidente que pudo disfrutar de la experiencia del Camino mientras tiraba de la silla adaptada de un compañero: “yo he sido volusuario... voluntario-usuario” dice entre risas cuando hablamos con él, recién llegados a la Plaza del Obradoiro.

Porque la “gran familia” de Zancadas que ha hecho esta vez la peregrinación estaba compuesta por más de treinta personas voluntarias que hicieron posible cumplir su sueño de hacer el Camino a ocho usuarios. Además de Budy estaban Iván, Carmen, Lola, Dani, Arturo, Javi y Amalia. Algunos en sillas adaptadas, otros caminando por su propio pie... todos, felices.

¿CÓMO SE PEREGRINA SIN VER EL CAMINO?

Budy  nació en Siria pero lleva viviendo cinco años en España, en Cartagena, donde tiene una de sus sedes “Zancadas”. Me cuenta que tiene 29 años y que perdió la visión con apenas 22. No duda cuando le pregunto cómo vive una persona invidente la peregrinación: “Es bonito porque me describen, yo voy imaginando cómo está la casa, cómo el río está bajando al lado, escucho el sonido, los pájaros... me encanta, porque yo nunca lo he hecho, pero he vivido una experiencia maravillosa con Zancadas”. Y tanto: asegura que si organizan otra, “se apuntaría”.

La misma opinión tiene otro de los usuarios de la asociación que se estrenó en este Camino, Iván. Asegura que todo ha sido bonito: “el paisaje, la gratificación, la convivencia...” Menos hablador que su compañero pero igual que él, se deshace en elogios hacia los voluntarios de Zancadas que los han arropado hasta Santiago.


Estoy muy feliz, creo que va a ser de los viajes de mi vida sin duda alguna 

Eva

Voluntaria de "Zancadas sobre ruedas"

Muchos de los voluntarios ya habían hecho el camino en otra ocasión... como Eva, una técnica de Farmacia que lleva tres años colaborando con la asociación. Sin embargo, asegura que la experiencia esta vez ha sido de las de no olvidar en la vida. Ella estuvo buena parte del camino empujando la silla de una de las dos niñas con discapacidad que completaron la peregrinación: “ha sido durillo, al final... las subidas, las bajadas... pero nos hemos acoplado todos a la perfección para llegar hasta aquí y vivir este momento. Jamás habría pensado volver a hacer el camino de Santiago de una forma tan maravillosa”, asegura.

También con emoción vivió la llegada Antonio, uno de los coordinadores de Zancadas. A él le tocó hacer previamente el camino para anticiparse a todo lo que pudiera venir ahora. Todo salió mejor de lo que pensaban.  “Éramos una familia... pero ahora somos más que una familia” asegura. “Nos da mucha pena que esto se acabe, porque nos lo estamos pasando muy bien y estamos pasando momentos únicos”

“El lunes estamos preparando la siguiente”, bromea. Pero lo que no es broma es que en octubre, varios de estos voluntarios estarán de vuelta haciendo realidad el sueño de otras personas que solas, no podrían hacer el camino: acompañarán a enfermos de ELA de Torrijos. Con ese grupo de Toledo harán el camino portugués.

El grupo estiró la aventura gallega hasta Fisterra antes de poner ya rumbo a casa, la mayoría, en la Comunidad Valenciana.  

Zancadas sobre ruedas

La peregrinación no terminó hasta llegar "al fin del mundo", Fisterra.

CAMINANDO EN PAREJA O EN FAMILIA

Igual que los peregrinos de "Zancadas", también desde Sarria han llegado a Santiago Santi y Sofi. Son una pareja de novios de Madrid que han querido vivir juntos la experiencia del camino. ¿Por qué? Se miran y sonríen: “por muchos motivos”, dice ella. “Llevamos año y medio de noviazgo y queríamos pasar juntos todas estas etapas”, explica él, “ y ofrecerlo por nuestra pareja y nuestras familias y amigos”, añade Sofi.

Desde más lejos, otra familia peregrina: la de Betsaida. Han caminado desde Ponferrada: ella, su pareja, su hermana y sus dos hijos pequeños. Dos semanas han tardado en recorrer los entorno a 200 kilómetros que separan la localidad berciana y Compostela. Pero claro... el ritmo lo marcaban las dos criaturas, con las que a veces había que detenerse a descansar, pero también a jugar y a otras cosas: “ver animales, perros, gatos...” algo que no es de todos los días para  Ethanael. Viven en una localidad de Île de France, en la región de París, a donde tendrán que volver ya porque empiezan las clases este lunes. Menuda aventura para contar a la vuelta de vacaciones...

Desde Semana Santa, la cifra de caminantes que recogen su acreditación en la Oficina del Peregrino supera diariamente las dos mil personas, con muchas jornadas por encima de las tres mil. En lo que llevamos de año, son más de 63.000 los peregrinos registrados en el Centro Internacional de Acogida, un 7% más que en el mismo período de 2024.