Los hijos de un preso del franquismo reviven en un juzgado de Ferrol el estigma que marcó su infancia
Fue encarcelado y perdió su trabajo en Telégrafos por tener en su poder un texto del socialista Indalecio Prieto
Pepe y Paco Varela, en su comparecencia en uno de los juzgados de la calle Coruña
Ferrol - Publicado el
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El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Ferrol ha dejado listo para dictar resolución este martes, 25 de noviembre, la petición de dos hermanos de esta ciudad para que el padre de ambos, José Varela Cachaza, sea reconocido como víctima de la represión franquista, en un emotivo acto en el que sus dos hijos, José y Francisco, han relatado ante el tribunal las secuelas de hambre, miedo y estigmatización que arrastraron durante décadas tras la encarcelación de su padre.
El motivo de la condena: la posesión y lectura entre amigos de un discurso del socialista Indalecio Prieto, considerado "propaganda contra el régimen" y que fue pronunciado en una universidad norteamericana.
Así, ambos hijos detallaron en una vista que se inició sobre las 13.00 horas de este martes, que su padre era funcionario de Telégrafos, que fue detenido en 1942 y permaneció recluido en la prisión militar del Castillo de San Felipe hasta mayo de 1944, durante dos años, tras un juicio sumarísimo en el que se le negó "cualquier derecho real y efectivo de defensa".
LECHE MÁS CARA QUE SU PROPIO SUELDO
Desde el estrado, y con la voz quebrada por la emoción, uno de sus hijos describió el drástico descenso a los infiernos económicos que sufrió la familia. "Él tenía un trabajo de funcionario en Correos y lo perdió todo", afirmó uno de ellos.
Al recuperar la libertad, Varela solo logró trabajos precarios en el puerto, con sueldos miserables. Una anécdota del hijo mayor lo grafica con crudeza: "De pequeño tuve una colitis persistente y el médico recetó leche maternizada. El bote costaba más de lo que mi padre ganaba en un mes".
La familia solo pudo salir adelante gracias a la ayuda de vecinos, una pequeña huerta y la cría de animales domésticos, y el esfuerzo prematuro de los hijos, que con 14 años empezaron a dar clases particulares a otros niños del barrio de Canido para contribuir a la economía doméstica. "No solo empeoró nuestra vida material, sino que se cercenaron nuestras expectativas. Veíamos que había un techo que no podíamos sobrepasar", testificó uno de ellos, señalando que ser "hijos de quien éramos" era una losa que limitaba su futuro.
Ambos detallaron que el temor se instaló para siempre en el hogar. Los hijos relataron que, durante años, cada vez que el dictador Francisco Franco o alguna alta autoridad visitaba Ferrol, su padre recibía la "recomendación" de permanecer en casa y no salir a la calle. "Él no tenía miedo por sí mismo, pero sí por nosotros. Nunca dejó de hablar de su pasado con orgullo, pero era una sombra constante", explicaron.
Este clima de angustia fue corroborado por una familiar de la familia, que declaró como testigo: "Se notaba un largo pozo... algo que no se nombraba pero que estaba ahí. Él era una persona con muchas capacidades intelectuales para el trabajo manual que tuvo que hacer, pero no tenía opciones. Ningunas".
PETICIÓN DEL MINISTERIO FISCAL
El Ministerio Fiscal fundamentó su petición en el "derecho a la verdad, a la reparación simbólica y a la justicia" que recoge la Ley de Memoria Democrática y por ello pidió que se declare nula la condena y ordenar que se anote al margen del expediente original la verdad de los hechos: que José Varela fue condenado "sin haber cometido delito alguno" y por "la mera tenencia de un extracto de un discurso".
Además, también piden que se remita copia de la sentencia al Registro Estatal de Víctimas para que su nombre y su historia queden oficialmente reconocidos.