COGAMI denuncia la “discriminación social” que sufren las personas con discapacidad en Galicia

Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (COGAMI) ha difundido un contundente comunicado para denunciar que la vulneración de derechos sigue siendo una realidad para miles de personas. María Aneiros, coordinadora de la delegación de COGAMI en Ferrol, ha puesto voz a esta alerta, señalando problemas como la falta de accesibilidad, la discriminación en el empleo o las desigualdades en la infancia.

Mujeres y menores, los más vulnerables

Según datos de la Xunta de Galicia, en la comunidad hay 247.000 personas con discapacidad, de las cuales más de 127.000 son mujeres y niñas, representando un 51,63 % del total. Aneiros destaca que, pese a ser mayoritarias, “las mujeres con discapacidad viven una discriminación interseccional”. Desde COGAMI consideran “indispensable que todas las medidas y acciones dirigidas a erradicar cualquier forma de violencia tengan en cuenta a las mujeres y niñas con discapacidad”.

La coordinadora de la delegación de COGAMI en Ferrol también ha lamentado que “no existen datos reales sobre violencia machista contra las mujeres con discapacidad”, ya que esta información no se recoge de manera sistemática. Por ello, subraya la necesidad de impulsar el empoderamiento, el acceso a recursos y la autonomía de este colectivo.

Barreras físicas y administrativas

Uno de los grandes escollos es el acceso al certificado de discapacidad, la llave para obtener recursos y apoyos. COGAMI denuncia que “las esperas en Galicia están subiendo, pues, entre 7 y 10 meses”, una demora que atribuye a que “no serán suficientes los equipos de valoración que hay en este momento”.

La accesibilidad es otro de los puntos más críticos. Neiros ha recordado el “dato terrible” de que más de 100.000 personas no pueden salir de su casa en España y que solo un 0,6 % de los edificios son accesibles. “Una persona que ve limitada su libertad de circulación, de socialización, de acceso a la vivienda o al transporte público es una persona que está discriminada con respecto a otras”, afirma. Por ello, “cuando hablamos de falta de accesibilidad, estamos hablando de una discriminación social”.

Para atajar este problema, desde COGAMI proponen “la creación de un fondo estatal por la accesibilidad universal” destinado a financiar las adaptaciones en las comunidades de vecinos, ya que, aunque “la accesibilidad es una obligación legal, todavía queda mucho por hacer”.

La inclusión, una tarea pendiente

En el ámbito educativo, persiste una importante brecha educativa, con un 20 % del alumnado con discapacidad en situación de segregación. Neiros apunta que las barreras no son solo físicas, sino que también faltan “profesionales de apoyo” para que estos estudiantes puedan estar normalizados en los centros.

La desigualdad se extiende al ámbito laboral, donde el acceso al mercado de trabajo “es más difícil”. Según la coordinadora, todavía existe una “falta de sensibilización con respecto a la creencia de que las personas con discapacidad pueden ser plenamente efectivas en cualquier puesto de trabajo”, lo que deriva en una tasa de paro mayor.

Finalmente, María Neiros ha reivindicado que el ocio, el deporte, la vivienda accesible y la movilidad son derechos y “no un extra”. La solución, concluye, pasa por una transformación profunda: “El colectivo de personas con discapacidad lo que pretende es que se pueda vivir la vida propia de manera activa”. Para ello, “precisamos una sociedad preparada exenta de barreras psicológicas, sociales, mentales y físicas” que permita “poner en valor a todas las personas, independientemente de su situación”.