Un biólogo revela en Ferrol cómo las pantallas transforman tu cerebro sin que te des cuenta

El especialista en genética, Julio Rodríguez López, recuerda que el uso intensivo de dispositivos digitales tiene graves consecuencias, sobre todo en la infancia y la adolescencia

Ada Romero

Ferrol - Publicado el

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La influencia de las pantallas en el cerebro, las emociones y el descanso es una realidad avalada por la ciencia. Este ha sido el eje central de la sesión clínica celebrada por el área sanitaria de Ferrol en el Hospital Arquitecto Marcide, donde el doctor en biología, psicólogo e investigador Julio Rodríguez López ha analizado cómo el uso intensivo de estos dispositivos modifica procesos biológicos clave como el sueño, la atención y el desarrollo cerebral.

Un cerebro ‘analógico’ en un mundo digital

El doctor Rodríguez López explica que nuestro cerebro "sigue siendo el cerebro biológico de hace miles de años", diseñado para aprender mediante la interacción con la realidad. A través del contacto con el mundo físico y las personas, desarrollamos la comprensión de conceptos como la gravedad, las habilidades sociales o la empatía. Según el experto, la pérdida de esta interacción directa tiene consecuencias en el desarrollo del lenguaje, las habilidades motoras y las capacidades sociales.

El grave impacto en el neurodesarrollo infantil

La exposición digital temprana es especialmente preocupante. Los datos indican que los niños de 0 a 2 años pasan unos 50 minutos diarios frente a pantallas, lo que equivale al 10% de su tiempo despiertos. Esto supone "700 horas al año" en las que se pierden, por ejemplo, "200000 frases provenientes de una persona física" y "850000 palabras no escuchadas". Por ello, la Sociedad Española de Pediatría aconseja un uso nulo de pantallas en esta etapa, ya que "se está viendo que está afectando al neurodesarrollo, por ejemplo, a la adquisición del lenguaje".

Las familias deben de dar ejemplo a sus hijos menores

El especialista identifica cinco puntos principales en los que las pantallas afectan negativamente. Estos son la pérdida de horas de calidad para la interacción real, la fragmentación de la atención que dificulta el aprendizaje, el deterioro de la calidad del sueño por la luz azul y la hiperestimulación, el aislamiento social y, por último, el diseño adictivo de las aplicaciones, que crea un "bucle que se repite hasta el infinito" exacerbando los efectos negativos.

Educación y ejemplo: las claves para un uso saludable

Para afrontar el problema, Julio Rodríguez subraya la importancia de la educación. Es crucial entender que los algoritmos de las redes sociales "no han sido diseñados para ayudarnos", sino para que pasemos el mayor tiempo posible conectados. "Yo siempre digo que el conocimiento es lo que te da la libertad", afirma, insistiendo en que la información permite tomar mejores decisiones. La recomendación para los menores es clara: de 0 a 5 años, evitar su uso; de 6 a 12, limitarlo al máximo; y de 13 a 16, emplear menos de 2 horas diarias.

En cuanto a los adultos, el doctor destaca la importancia de ser un ejemplo para los más jóvenes. Advierte sobre la "tecnoference", la interferencia tecnológica que se produce cuando un adulto usa el móvil mientras un niño intenta comunicarse, afectando a su desarrollo. Aunque las pantallas son una herramienta de trabajo y comunicación, es vital controlarlas y fomentar actividades alternativas como la lectura, los juegos de mesa, el deporte o los paseos para reconectar con la realidad.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.