En las últimas semanas han trascendido dos okupaciones de altura en el barrio de A Zapateira (A Coruña). Se trata de una mansión en la calle Aguaceiros, en el que se asentó una familia con niños y un chalé de diseño en la avenida de Nueva York, en el que hubo varias intrusiones. El valor de cada uno ronda los 800.000 euros.

Ambos son inmuebles de entidades financieras, y se sospecha que las mafias rastrean los portales inmobiliarios para localizarlos. La situación preocupa a los vecinos, que se ven impotentes porque la ley impide el desalojo de estos intrusos.

Cerca de una de estas casas vive Salvador Armesto, presidente de la asociación de vecinos ‘As Revoltas’ de A Zapateira. “estamos muy molestos”, declaró a COPE. Reconoce “que no se meten con nadie ni hablan con nadie” pero expresó su malestar por la intrusión ilegal y la inseguridad que genera en los vecinos que se tengan que ausentar de sus casas.

En esto incidía la otra asociación de vecinos de A Zapateira. Su presidente, Juan Manuel Sánchez-Albornoz, expresaba su temor: “me voy un fin de semana, de vacaciones o a la aldea y a la vuelta puedo ver mi casa okupada”. Reconoce que “esto preocupa muchísimo poraque “parece que las leyes están en un limbo en el que los que salen beneficiados son todos los sinvergüenzas”.

EL CONSEJO DE LA GUARDIA CIVIL: ALARMAS

La Guardia Civil aconseja la instalación de alarmas para evitar intrusiones indeseadas. El uso de estos sistemas posibilita una actuación inmediata. Gustavo Leal, de la plataforma Jucil, indica que “todo lo que impide la intrusión en tiempo real es muy efectivo” porque así el delito sería calificado de “allanamiento de morada”.

La alarma y el aviso inmediato a las fuerzas de seguridad impediría que los okupas puedan alegar supuestos como que llevan un tiempo residiendo en esa casa para eludir o retrasar la actuación judicial para el desalojo. No obstante, lo más efectivo sería una modificación legislativa que agilizase los plazos para desalojar a los intrusos.

“Lo que habría es que articular la ley para solucionar ese tema enseguida y que no se enquiste durante meses o más tiempo”, indica Leal, que alude a los recibos o los destrozos en la vivienda que tenga que pagar el legítimo propietario como algunos de los efectos indeseados de las okupaciones.