La Casa Escariz, en A Coruña, une dos edificios en la esquina de la Plaza de Pontevedra con la calle Payo Gómez. Este inmueble singular es, sin duda, una de las grandes maravillas arquitectónicas de la ciudad, pero no está de actualidad por sus valores urbanísticos, sino por una herencia.

El edificio, construido en los años 20, perteneció a Manuel Piñeiro Pose. El filántropo murió en 1940 y en su testamento lo legó al Hospital Municipal de A Coruña, a quien se tendrían que destinar las rentas de las personas arrendatarias que allí vivían. Una parte de este dinero también debería de dedicarse a misas por su alma y a mantener su sepultura.

La institución benéfica se extinguió en los años 80 y desde entonces los albaceas testamentarios de Piñeiro Pose destinaron el dinero de los alquileres a entidades sociales. Solo desde 2015, fueron más de 900.000 euros los que recibieron asociaciones como la Cocina Económica, Padre Rubinos o Cáritas, entre otras.

EL AYUNTAMIENTO SE ARROGA LA PROPIEDAD

Sin embargo, la Junta de Gobierno Local de A Coruña adoptó recientemente un acuerdo en el que establecía que la propiedad del edificio era municipal. Así, se dio a entender a la opinión pública que el Ayuntamiento podría hacerse con la Casa Escariz a cambio de organizar misas.

Desde la representación de los albaceas, acusan al consistorio herculino de "una interpretación interesada" para "hacer creer una realidad que no existe". Así lo sostiene en declaraciones a COPE Coruña Alfredo Losada, del bufete LMT Abogados. Asegura que los contratos de arrendamiento son "plenamente válidos" y vigentes e insiste en que es la Fundación Pro-Legado de Piñeiro Pose quien está a cargo del inmueble, tal y como consta en el Catastro.

Resalta que el Ayuntamiento "en ningún momento consta" en el testamento, " ni como heredero ni con derecho a ningún legado". Entre otras razones, sin ir más lejos, porque "no tienen las competencias sobre materia sanitaria". El asunto, ahora, se dirime en los tribunales.