“Salir a la calle es como adentrarse en una jungla”: la lucha diaria de las personas ciegas en Extremadura

Las múltiples barreras invisibles que enfrentan a diario quienes tienen discapacidad visual

Miriam Bañón

Mérida - Publicado el

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La ciudad no está pensada para todos. Esa es la sensación con la que conviven a diario las personas con discapacidad visual, como explica Venancio Ortiz, presidente de la ONCE en Extremadura, quien vive esta realidad en primera persona.

“Nos enfrentamos a una jungla llenita de obstáculos que no tenemos por qué encontrarnos”

Venancio Ortiz

Presidente de la ONCE en Extremadura

Confía en su perro guía, pero ni él puede detectar algunos de los peligros más comunes: toldos demasiado bajos, ramas que invaden las aceras, obras sin señalización adecuada o terrazas colocadas sin criterio accesible

Accesibilidad: un reto pendiente  

Aunque reconoce avances, como bordillos rebajados o algunos semáforos acústicos, Venancio advierte que queda “muchísimo por hacer”.

“El bastón no detecta los obstáculos en altura. Y al perro le cuesta mucho trabajo detectarlos también. Simplemente es cuestión de pensar en los demás”, explica.

Además, denuncia que algunas mejoras no se piensan con sentido común: como pasos de cebra sin pintar, que dificultan que los perros guía los localicen, o aceras renovadas donde las farolas siguen en medio del paso.

“Esto no es solo para personas ciegas. También lo sufre alguien en silla de ruedas, o una madre con un carrito”, subraya.

Ortiz pide mayor implicación institucional, pero también conciencia ciudadana: pequeños gestos como no dejar un carro bloqueando el paso pueden marcar una gran diferencia para quienes caminan cada día sorteando barreras invisibles.

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