De Alfonso Morcillo a José María Piris: el dolor que nunca se olvida

Extremadura rinde homenaje a sus víctimas del terrorismo en el Día Europeo de las Víctimas

José María Piris y Alfonso Morcillo, asesinados por ETA

Miriam Bañón

Mérida - Publicado el

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Este martes, la Junta de Extremadura ha guardado un minuto de silencio ante la sede de la Presidencia en Mérida, en el marco del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. Un acto con un significado aún más profundo en el 20 aniversario de los atentados del 11M en Madrid, el mayor ataque terrorista de la historia de España y Europa, que dejó 192 muertos y más de 2.000 heridos.

En esta jornada de recuerdo, Extremadura también recuerda al sargento Alfonso Morcillo y a José María Piris. Dos historias trágicas que, décadas después, siguen marcando la memoria colectiva de la región.

Alfonso Morcillo, el sargento extremeño que murió por plantar cara a ETA

Era un frío día de diciembre de 1994 en San Sebastián. Alfonso Morcillo, nacido en Badajoz pero afincado en el País Vasco, salía de su casa para dirigirse a su puesto en la Guardia Municipal. Su labor era clave: lideraba una investigación para destapar los topos de ETA dentro de las instituciones vascas. Pero nunca llegó a su destino. El "Comando Donosti", con el sanguinario Txapote a la cabeza, le disparó a quemarropa. Murió en el acto.

Desde entonces, su viuda, Cati, ha luchado incansablemente para mantener viva su memoria y la de todas las víctimas del terrorismo. "Sabía que lo iban a difamar después de matarlo", declaraba en la COPE, en una entrevista en la que ha lamentado que, en muchas ocasiones, los asesinos "han tenido más privilegios que las propias víctimas".

José María Piris, el niño extremeño que ETA convirtió en un "daño colateral"

El 29 de marzo de 1980, José María Piris, un niño de 13 años nacido en San Vicente de Alcántara, solo quería jugar al fútbol. De regreso de un partido en Azkoitia, se encontró con un paquete en plena calle. Lo golpeó, sin saber que contenía una bomba de ETA destinada a un guardia civil. Murió en el acto.

José María se convirtió en el primer niño asesinado por la banda terrorista. Su familia recibió una carta de "disculpas", en la que ETA se refería a él como un simple "daño colateral". Décadas después, su pueblo sigue recordándole. 

El recuerdo que permanece

Las historias de Alfonso Morcillo y José María Piris son solo dos ejemplos de la barbarie terrorista que ha golpeado a España durante décadas. En el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, Extremadura ha vuelto a recordarles, reafirmando su compromiso con la memoria, la justicia y la dignidad de todas las víctimas.