Una decena de pueblos de Cáceres se quedan sin teléfono por una caída simultanea
Mientras la caída de la nube de Amazon paralizaba los pagos en todo el mundo, buena parte de las localidades del Valle del Ambroz se sumía en el aislamiento total.
Poste telefónico (Archivo)
Badajoz - Publicado el
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En la era de la hiperconectividad, donde un fallo en un servidor remoto puede bloquear la economía de un país, existe otra realidad paralela. Es la de los pueblos que, de la noche a la mañana, ven cómo el cordón umbilical que los une al mundo se corta sin previo aviso. Este lunes, mientras España sufría el colapso de los datáfonos y Bizum por la caída de Amazon Web Services, una caída masiva de la línea telefónica sumía en el aislamiento a una decena de municipios de la provincia de Cáceres.
El fallo, localizado en la zona de Plasencia, según ha confirmado en las redes el 112 de Extremadura, ha dejado incomunicadas a localidades como Hervás, Valdelamatanza, La Garganta, Abadía y Baños de Montemayor. Para estos pueblos, la incidencia es una regresión a un pasado no tan lejano. Sin línea fija, se esfuma la posibilidad de hacer llamadas, pero también, en muchos casos, el acceso a internet, cerrando negocios, dificultando emergencias y cortando el contacto con familiares fuera del valle.
Es un recordatorio de la vulnerabilidad estructural de la España vaciada. El pasado mes de septiembre, otra incidencia, esta vez de la red de Movistar, dejó en la misma situación de desconexión a la comarca de Sierra de Gata. Estos episodios recurrentes pintan un mapa de desigualdad digital donde las zonas rurales son las primeras en caer y, a menudo, las últimas en ser reparadas, dependientes de una infraestructura envejecida y de un mantenimiento que no siempre es prioritario.
caída mundial
Mientras, como te hemos contado, en las grandes ciudades, el caos era de otra naturaleza. El fallo global de Amazon Web Services (AWS) dejaba a millones de españoles sin poder pagar con tarjeta, evidenciando una dependencia crítica de una infraestructura tecnológica que no controlamos. La paralización de los datáfonos y servicios como Bizum demostró, en tiempo real, cómo la salud de nuestra economía descansa en servidores ubicados en otro continente.
La solución para los pueblos cacereños, a diferencia de la nube de Amazon, no llegó en cuatro horas. La reparación de una infraestructura física es más lenta, más silenciosa y menos mediática, esperando a que alguien, al otro lado de la línea, volviera a conectar el futuro.