Seis pacenses reviven el alma del Judo en su cuna sagrada

La Escuela Judo Palacios de Badajoz hace historia como primer gimnasio extremeño en peregrinar a Japón

José Luis Lorido

Badajoz - Publicado el - Actualizado

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En una hazaña llena de esfuerzo y pasión, seis judokas pacenses, liderados por Enrique Palacios han cruzado medio planeta para entrenar en el mítico Kodokan de Tokio, corazón espiritual del judo mundial. Este sueño, gestado en el Gimnasio Enrique Palacios (con sedes en Badajoz y Mérida), se materializó tras un enorme esfuerzo colectivo. "Somos el primer gimnasio extremeño en hacer un viaje así", confirma Enrique desde Japón, donde el grupo vive con emoción el privilegio de pisar el tatami donde Jigoro Kano fundó el judo en 1882.

Su misión: beber directamente de la fuente original antes de que el tiempo distorsione sus esencias. Más allá del entrenamiento físico, el viaje es una inmersión cultural. Los pacenses buscan “empaparse de la cultura japonesa" para rescatar la esencia técnica y filosófica que "se pierde o tergiversa" al transmitirse oralmente generación tras generación. En el Kodokan, epicentro de la ortodoxia, descubren la obsesión nipona por la depuración técnica: "Son incisivos en que todo esté perfecto". Pese a ello, hay una revelación esperanzadora: “el judo que practicamos en Extremadura es "exactamente igual" al japonés”, con mínimos matices. "Nos hemos sentido como en casa", celebra Enrique tras dos horas de entrenamiento intenso en el santuario del judo.

La aventura no termina aquí. Aunque reconocen que un viaje así no puede repetirse anualmente, la Escuela Judo Palacios ya planea volver a Japón con un grupo más grande. "Este año somos seis; ojalá el próximo seamos más", proyectan. Mientras tanto, seguirán entrenando en el Kodokan durante su estancia, llevando el nombre de Badajoz a donde nació su arte marcial. Su hazaña no solo enriquece su práctica: devuelve al judo español a sus raíces más auténticas.