Pleno del mes de marzo que se ha centrado exclusivamente en aprobar las medidas para luchar contra el COVID-19.

Lo primero ha sido agradecer a las personas que están trabajando en sanidad, supermercados, trabajos de limpieza, carreteras o industrias para que lo básico siga estando al alcance de todo el mundo.

Después ha sido recordar algunas de las cosas que se han estado haciendo: se ha garantizado que los servicios básicos fundamentales estén en funcionamiento y ayudar en el despliegue de la respuesta sanitaria, con un plan de desinfección de espacios críticos en coordinación con la UME o facilitando que sea posible desplegar un hospital de campaña.

En cuanto a las medidas económicas que se aprueban: la ayuda autónomos y a los trabajadores con el mayor paquete de estimulo económico de la historia del ayuntamiento de València. Se triplican las ayudas y, entre otras medidas, se inyectará a los afectados por esta crisis: 3000 euros a autónomos, 5000 euros para pymes de hasta 10 trabajadores, y 7000 euros para empresas hasta 20 trabajadores. Y además se van a prorrogar el período de pago de los principales impuestos municipales. 

No obstante, también ha habido espacio para las críticas, en el momento en que la oposición explicaba que las medidas “son cortas, llegan tarde, y esta situación se les ha ido de las manos y no quisieron verla venir”.

El alcalde de Valencia Joan Ribó ha querido salir al paso de estas declaraciones con unos datos: Valencia fue de las primeras ciudades en infectarse, y sin embargo se ha mantenido con muchos menos casos que otras, con los que, algo bueno se habrá hecho.

Un pleno al que han asistido trece concejales y concejalas, en representación del resto de la corporación municipal (que componen un total de 33 ediles) de formas que se ha respetado la proporcionalidad de representación de los diferentes grupos políticos, y se ha reducido el número de propuesta a debatir y con la distancia de seguridad oportuna. Todo adaptado a las medidas de seguridad que contempla el Estado de Alarma.