La 'utopía' del segundo hijo en España: "No nos podemos permitir la familia que queremos"

Una valenciana desvela que el coste de criar a un menor supera los 300.000 euros en un contexto de salarios estancados, alquileres desbocados y dificultades para conciliar la vida laboral

Isabel Moreno

Valencia - Publicado el - Actualizado

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España atraviesa uno de los momentos de más baja natalidad de su historia, con mínimos históricos que se agravan por una población cada vez más envejecida. En 2024 se registraron poco más de 300.000 nacimientos, lo que representa 100.000 menos que en 2014, una caída del 25% en solo una década. Este descenso se enmarca en un contexto donde criar a un hijo se ha convertido en un desafío económico, con un coste medio que alcanza entre los 330.000 y los 335.000 euros hasta la independencia, un 60% más que hace veinte años, según un informe de Rising.

El encarecimiento de la vida, con la subida de la vivienda, la alimentación o la sanidad, se suma a un retraso en la edad de emancipación, que se sitúa en los 30,5 años para los hombres y los 29,4 para las mujeres. Esta realidad la expresan muchos jóvenes, que sienten que el esfuerzo actual no es suficiente. "Mis padres, antes parecía que era fácil tener una casa y tenerlo todo con un solo sueldo, y ahora nosotros trabajando los dos y dándolo todo, no", lamenta un joven padre, quien añade que "no suben los sueldos, pero suben los alquileres o sube el precio de la compra".

El dilema de la conciliación

Esta situación lleva a muchas familias a plantearse tener un solo hijo, aunque desearían tener más. Es el caso de Sara García, colaboradora de la asociación Family Up, quien tiene una hija y le gustaría ampliar la familia, pero lo ve "muy complicado". Uno de los principales obstáculos es la conciliación familiar, ya que, según explica, "es muy complicado que los trabajos permitan una buena conciliación para criar a nuestros hijos".

Sara García denuncia, además, las exclusiones por parte de empresas a la hora de contratar. Relata cómo en una entrevista de trabajo, su situación cambió al expresar su deseo de compaginar la vida laboral y familiar. "Solo por decir que yo prefiero un horario de mañanas porque tengo una niña pequeña y prefiero no llegar a casa para cuando ella esté acostada, automáticamente la cara del entrevistador cambió y ya no me han vuelto a llamar del proceso", detalla.

Automáticamente la cara del entrevistador cambió y ya no me han vuelto a llamar del proceso""

Sara García

Precariedad y gastos imprevistos

A la dificultad para encontrar un empleo compatible se suma la precariedad económica. Sara y su marido, de 32 y 33 años, trabajan desde casa, pero "los ingresos no son suficientes tampoco", por lo que ella busca un segundo empleo. Esta fragilidad se agrava ante imprevistos de salud. Su hija nació con un problema de tiroides congénito y, al contratar un seguro de salud, la aseguradora impuso condiciones severas.

"Nos dijeron que la aceptaban dentro del seguro de salud, pero la cuota era elevada y le excluían el servicio de endocrino por ser una enfermedad previa a la contratación", explica García. Esto les obliga a depender de la Seguridad Social, con la dificultad que conlleva conseguir citas y revisiones.

El anhelo de una familia que no llega

Para Sara García y su marido, tener un segundo hijo es ahora mismo una meta lejana. "Es un poco utopía ahora mismo", confiesa. La subida de los alquileres y del coste de vida en general les limita. "Al final te ves limitado en la familia que tú quieres tener o que tú esperarías tener, porque no te lo puedes permitir", reflexiona.

Esta realidad contrasta con su origen, ya que tanto ella como su marido provienen de familias numerosas, un modelo que ven imposible de replicar en la actualidad. A la presión económica se añade el factor biológico. "El tiempo pasa para todos", afirma, reconociendo el estrés añadido de que, si la situación mejora en el futuro, quizás sea demasiado tarde. "Es la pescadilla que se muerde la cola", concluye.

En medio de este panorama, asociaciones como Family Up ofrecen un apoyo fundamental. Sara García destaca que su labor y cercanía son "un rayito de esperanza para la situación que hay". Les ayudan a entender que, aunque no puedan tener un segundo hijo, no dejan de ser "una unidad familiar completa", ofreciendo un respaldo anímico clave para miles de familias en España.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.