El alcalde de València, Joan Ribó, anunciaba ayer que va a poner en marcha en València la experiencia piloto de una semana de cuatro días y 32 horas. La prueba piloto tendría lugar durante el mes de abril de 2023, por lo que el alcalde ha propuesto a los representantes empresariales trasladar la condición de día no laborable de la festividad local de San Vicente Mártir al mes de abril puesto que, con este traslado, ese mes tendría cuatro semanas completas de cuatro días laborables

Más allá de eso, Joan Ribó no ha entrado en más detalles de cómo va a organizar a nivel de personal esa prueba piloto, pero lo cierto es que poca traslación real va a tener o de poco va a servir la experiencia si el primer edil aprovecha el festivo para cerrar el consistorio y por tanto sin necesidad de ir hacer gestiones, porque todos los ciudadanos estarán de fiesta.

Por contra, si la idea es aprobarlo sin tener que cerrar un día el consistorio, entonces tampoco le sirve al primer edil para hacer una prueba porque no va a tener que reestructurar al personal para reducir la jornada a 32 horas, porque ya es festivo...

Expertos en derecho laboral consultados por COPE Valencia se muestran tajantes "el alcalde no tiene competencias para regular esa cuestión".

Es lo que ha asegurado ante los micrófonos de COPE Valencia José Bonet, profesor de derecho laboral de la Universidad Católica y socio director de J. Benet abogados que considera que el anuncio del alcalde "buscaba más el compromiso de la parte empresarial para valorar cuáles podrían ser las condiciones para aplicar esa jornada"

No podemos olvidar que la medida la abandera la pata de Compromís del Gobierno o del Botànic. De hecho desde Labora se ofrecen ayudas para las empresas que opten por implantar la jornada laboral de 4 días-32 horas. Valencia ya acogió el pasado 30 de mayo una cumbre mundial sobre la jornada laboral de cuatro días con la plana mayor de Comprimís presente.

Bonet explica que a día de hoy "no hay ninguna ley ni mecanismo que regule o establezca la bases para la implantación de esta joranda en la administración pública, aunque dentro de una negociación colectiva, pensando en la empresa privada es cierto que cabe cualquier opción"

El profesor de derecho laboral aclara además que hay que distinguir "dos escenarios: el primero es el que plantea una jornada laboral flexible, es decir se reduce la jornada pero se mantiene el 100% del sueldo. Y el segundo escenario es que se reduce la jornada laboral pero también el salario se reduce de forma proporcional"

"Para que uno y otro escenario puedan materializarse es necesario que exista un acuerdo previo de la empresa a nivel colectivo, pero también individual" insiste el profesor Bonet