La Prisión de Mujeres de València ya es Bien de Relevancia Local de la ciudad
Durante casi 70 años, el complejo albergó a la población reclusa femenina de la ciudad
Antigua Prisión de Mujeres
Valencia - Publicado el
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València suma un nuevo Bien de Relevancia Local (BRL) a su patrimonio histórico. La antigua Prisión de Mujeres, ubicada en el Passeig de la Petxina, ha sido inscrita definitivamente como Lugar Histórico de Interés Local tras el acuerdo de la Comisión Territorial de Urbanismo de la Generalitat. Este miércoles, la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento quedará enterada formalmente de esta decisión, que culmina un proceso iniciado en 2020.
La protección patrimonial de este inmueble se añade al Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos de València y refuerza su valor como símbolo arquitectónico, artístico e histórico. El complejo, que actualmente alberga la escuela pública “9 d’Octubre”, tiene una trayectoria que abarca desde su uso como centro penitenciario hasta su transformación en un centro educativo.
Un edificio con historia
La antigua prisión de mujeres fue construida entre 1922 y 1925 en el barrio de Nou Moles, dentro del distrito de l’Olivereta, en una parcela delimitada por las calles Torres, Patriques, Democracia y el propio Passeig de la Petxina. El proyecto fue obra del arquitecto Vicente Agustí Elguero, de la Dirección General de Prisiones, bajo la dirección conjunta del arquitecto municipal Eugenio López Aracil.
Durante casi 70 años, el complejo albergó a la población reclusa femenina de la ciudad, hasta que en 1991 las internas fueron trasladadas al nuevo centro penitenciario de Picassent. Desde entonces, el espacio fue rehabilitado y adaptado para convertirse en la actual escuela “9 d’Octubre”, que dispone de tres aulas de educación infantil y seis de educación primaria.
Valor patrimonial y memoria democrática
Según los informes técnicos municipales, el inmueble reúne valores históricos, artísticos y arquitectónicos suficientes para su catalogación como BRL. Pero, además, se destaca su vinculación directa con la memoria democrática de la ciudad, lo que refuerza aún más su interés cultural.
El complejo está formado por tres edificios diferenciados:
- El primero, que era el cuerpo principal, contenía las dependencias administrativas, locutorios y alojamientos del personal.
- El segundo es un bloque compacto de planta rectangular con servicios auxiliares, flanqueado por dos patios.
- El tercero, de planta en forma de “T”, constituía la zona de reclusión propiamente dicha. Estilo arquitectónico y entorno histórico
Desde el punto de vista estético, el edificio responde a un historicismo modernista de corte medievalista, habitual en construcciones penitenciarias de principios del siglo XX. La fachada que da al Passeig de la Petxina es simétrica, con planta baja en forma de zócalo y ventanales altos en la planta superior, rematados con arcos rebajados de baldosa.
Además, la antigua prisión forma parte del conjunto arquitectónico singular que se desarrolló tras el derribo de las murallas de València, configurando el perfil urbano de la margen derecha del río. En este entorno también se encuentran edificios históricos como la antigua Prisión Modelo, el Escorxador, el Jardín Botánico, la Casa de la Caridad, las Torres de Serranos, la iglesia del Temple y el convento de Santo Domingo.
Cierre de un proceso iniciado en 2020
La aprobación definitiva como BRL supone la culminación de un procedimiento iniciado por la Comisión municipal de Desarrollo y Renovación Urbana, Vivienda y Movilidad, que ya en enero de 2020 había acordado reforzar la protección del edificio.
Con esta declaración, el Ayuntamiento garantiza que el edificio se conserve con todas las garantías legales, reconociendo su valor no solo como parte del patrimonio urbano, sino también como símbolo de la evolución social y política de la ciudad.
La protección también alcanza a elementos del entorno, como la acequia de Rovella, que discurre por el subsuelo del recinto y que ya contaba con protección previa como Bien de Relevancia Local.
Con esta actuación, València reafirma su compromiso con la conservación de su patrimonio arquitectónico y la memoria colectiva, y convierte a la antigua prisión de mujeres en un lugar emblemático para futuras generaciones.