Miles de valencianos rinden tributo a la Mare de Déu en un besamanos marcado por la emoción y la devoción
Seguidores de la Virgen: "Yo me meto aquí a las seis de la mañana y hasta que se acabe, no me voy"
Valencia - Publicado el - Actualizado
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Valencia ha vuelto a vivir uno de sus días grandes. El besamanos de la Mare de Déu congrega desde primeras horas de la mañana a miles de personas en torno a la Real Basílica, donde la devoción se ha fundido con el calor y la emoción en una estampa que ya forma parte del alma de la ciudad. Mediodía COPE Más Valencia ha sido protagonista de muchos testimonios que pasan a ver a la Virgen.
Don Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, destaca que el besamanos es una tradición joven pero muy arraigada en la ciudad y en toda la diócesis. "Acabo de saludar a personas de Ribarroja, de Alfafar... Es un día en que la gente se acerca físicamente a la imagen de la Virgen para expresarle su devoción", apunta.
D. Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, en su intervención para Mediodía COPE Más Valencia
"Cada uno viene con algo en su interior, unos sentimientos, una necesidad, una acción de gracias", explica el arzobispo. Aunque la imagen esté disponible todo el año, este acto tiene un carácter especial: "Es también un día de compartir la fe, de poder mirarla a los ojos cara a cara", algo que según él "llena de emoción a muchas personas".
Particularmente, Benavent vive la jornada con intensidad. "La Virgen María con su presencia silenciosa evangeliza, toca el corazón de las personas y mueve a tantas a amar a Jesucristo y a ser mejores cristianos. En Valencia, la fe por ella no muere y mantiene viva la fe en nuestras tierras", declara emocionado.
"Estas son nuestras semanas", afirma con rotundidad José Luis Albiach, presidente de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, con la emoción a flor de piel. "Estamos todo un año esperando que lleguen estas fechas, que son las fechas de la Virgen", confiesa. No es para menos. Desde hace 22 años, la organización que lidera abre las puertas de la Basílica a las seis y media de la mañana y no se cierran hasta que pase el último fiel.
Colas en zig-zag para acceder a la Basílica
Este año, el volumen de personas ha superado al de ediciones anteriores. Desde primera hora, la plaza ya se encontraba llena de colas en zigzag. "La madre es la madre y todo el mundo le tenemos un cariño especial", comenta Albiach, quien también recomienda acudir con ropa fresca y gorras ante las altas temperaturas. "Hay una norma no escrita: aquí no se queda nadie sin ver a la Virgen", recalca.
La movilización de la Hermandad es ingente: 70 personas trabajando este día para que todo funcione como un reloj. "Yo estos días me emociono mucho porque ves a gente que viene con sus sentimientos, y ante la madre se desnuda todo el mundo", señala Albiach con voz entrecortada. "Uno trabaja para que todo salga como está saliendo hasta ahora", añade.
Gran número de fieles desde primera hora de la mañana
La Basílica, el corazón espiritual de València
Melchor Seguí, rector de la Basílica, lo resume bien: "Este templo, sin ser grande, se engrandece estos días". Y es que la plaza se convierte en una extensión natural de la Basílica en mayo, mes de homenajes a la patrona. "La Basílica es como el corazón espiritual de la diócesis de Valencia y también el corazón de la ciudad", dice Seguí. Un templo construido gracias al esfuerzo de miles de valencianos.
Una mujer toca a la Virgen en el interior de la Basílica
Sobre la afluencia de fieles, el rector es rotundo: "La devoción está bien viva, como dice el himno: en tierras valencianas la fe por vos no muere". En mayo, la casa de la Mare se llena de visitantes y de emociones. "Nos unimos todos en actos multitudinarios, es el gran homenaje de València a su patrona", concluye.
Trabajo incansable de los Seguidores: el Mare Mòbil y el esfuerzo constante
Ricardo Saiz, responsable del Mare Mòbil, también vive esta jornada con intensidad. "Abrimos a las seis y media y hasta que pase la última persona, aquí estamos, aunque se haga la una, las dos o las tres", explica. Cada año el calor aprieta, y aunque antes se colocaba un toldo, problemas con una finca impidieron su continuidad.
Ricardo conoce bien el fervor en los pueblos, pero afirma que "lo de Valencia es especial, aquí vienen todos los pueblos de la Comunidad". Nos cuenta que "ayer una persona llegó a las siete de la tarde para ser la primera en entrar hoy", y que incluso "pasó la noche entera en la cola con cena y silla". Una historia que refleja la dimensión de este evento.
Los accesos a la Basílica a primera hora de la mañana
El año pasado pasaron por la Basílica unas 35.000 personas y este año esperan superar esa cifra. "Esto en algún momento no sé cómo lo vamos a poder gestionar", reconoce. Tras la jornada, los Seguidores aún tienen que dejar la Basílica a punto para el día siguiente. "Yo me meto aquí a las seis de la mañana y hasta que se acabe, no me voy", afirma con orgullo.
Un día grande, de los que quedan en la memoria colectiva
El besamanos de la Mare de Déu no es solo una tradición reciente ni un evento más del calendario. Es un día donde la fe, la esperanza, la devoción y la emoción se encuentran en un abrazo colectivo que conmueve a toda Valencia. Desde los seguidores que hacen posible la jornada hasta los fieles que acuden con el corazón abierto, todos hacen de este acto una experiencia que define el alma de una ciudad, la fe y la fuerza de su gente.