Valencia Basket maniata al Anadolu Efes con su defensa (94-82)

Cada noche en la Euroliga es un desafío, no hay rival menor. Ni siquiera un Anadolu Efes con entrenador interino y en mala dinámica. Estrellas por doquier, pedigrí y costumbre de estar obligado a ganar. Valencia Basket tiene eso a su favor, nunca puede permitirse salir dormido o a medio gas. Ya lo aprendió en Mónaco. Te barren. 

Anadolu entró con seriedad al encuentro, con Roland Smits muy certero. Los valencianos, a lo suyo. Con Taylor brillando en la primera rotación y con Omari Moore haciéndolo en la segunda. Esos minutos fueron de alternancia en el marcador. Cordinier, el escolta francés, exponía esas piernas  eléctricas. Para incomodarle, Pedro Martínez le puso a Taylor. Al final, 22-20, con los turcos bajo frenando el juego, controlando el rebote y con buenos porcentajes, pero perdiendo. Buena cosa para los locales. También las cuatro pérdidas provocadas. 

Un gancho de Taylor alargando el brazo al máximo puso un 26-20, máxima diferencia hasta entonces. Un robo del norteamericano a Cordinier, qué pesadilla para el galo, lo transformó en bandeja Pradilla y Trifunovic pidió tiempo ante el acelerón, 30-22. Pedro chillaba en inglés "defensa, defensa", para indicar el camino hacia la victoria. Defender permite correr. Correr acerca a Valencia Basket a ganar. Un pívot-pívot entre Sako y Pradilla, 32-22. Empezaba a acelerar el conjunto taronja. Anadolu hizo un parcial de 0-8, para no soltarse. Siempre es cuestión de saber cuántos tirones van aguantar. 32-30 y Pedro llamando al banquillo. Lo mejor que ocurrió después fue una rigurosa falta a Roland Smits, su tercera. También dos triples, Puerto y Costello, volvieron a meter distancia, 41-32. Descanso, 45-39. Recuperado el dominio del rebote y con ocho pérdidas forzadas.

La entrada al tercero fue mandona. Once puntos de Taylor y un margen de doce, 64-52. Cada vez le costaba más a Anadolu aguantar la estela local. De no ser por Cordinier, probablemente, el partido se hubiera roto. También por Poirier, hasta entonces inédito. Aún así, 71-59, minuto 30. Au porcentaje en triples les pesaba mucho, un 5 de 19, 26 por ciento.

El cuarto arrancó con la cuarta de Smits y dos libres para Reuvers, de los que convirtió uno, 72-59, más trece local. Un posteo de Pradilla a un pequeño, castigado con dos más uno, empezó a hacer mella, 75-59. La cara de Beaubois al ver entrar la pelota fue de "ya estamos". La turbina de Pradilla, que no descansa nunca, y la seriedad de Taylor mantuvieron las distancias cuando los otomanos, de la mano de Loyd querían reaccionar. Costello seguía además con la puntería fina, 4 de 4 en triples. Al final, hubo hasta para otro bocinazo de Taylor, como en Vitoria, para que la gente a la victoria encima le pusiera más azúcar.