VALENCIA BASKET
Valencia Basket gana en Girona y se asegura el factor campo en los cuartos de final de la ACB (85-91)
Los taronja, con un gran Badio, asaltan Fontajau y mantienen vivas las opciones de luchar por la segunda plaza. Próxima jornada, duelo directo contra Tenerife
Badio, uno de las más destacados del Valencia Basket en Fontajau
Valencia - Publicado el
2 min lectura
Valencia Basket salió serio al encuentro y le dio para coger la iniciativa. Los porcentajes en triples de los locales, uno de nueve, ayudaban a cerrar los primeros diez minutos 14-19. Comodidad era la palabra que describía la situación, porque los gerundenses no mordían. Eso cambió con el 18-24, minuto 12, cuando Moncho López forzó la técnica para revitalizar Fontajau. Y le surtió efecto al gallego con una subida de agresividad de su equipo y de los decibelios, con un 4-0 de parcial. El técnico puso el partido áspero. Todo empezó a costarle más a los valencianos, también controlar a los Busquets, Iroegbu y Marcos. De Larrea, secundaba a Badio, para coger aire después del empate a 30 a cinco del descanso. Seis triples (Sestina, Jones, Badio, De Larrea, Sestina y De Larrea) seguidos fueron una ráfaga de viento que Girona aguantó sin volarse. 41-47. Un problema, la pintura, muchos puntos encajados ahí. 24-12 en este apartado. El doble.
No fue a mejor en el tercero en este marcador particular, el parcial fue de 14-4. Y eso que no sacaban mucho rédito del dominio en el rebote. Pero Ojeleye tuvo sus mejores minutos de las últimas semanas, con ocho puntos, escudado por Montero. Suficiente para aguantar el chaparrón, 60-64, minuto 30.
El arranque del último fue un golpe de autoridad. Dos triples, Reuvers y Montero, y buenas acciones de Jones, para poner un más doce valenciano, 64-76. Busquets, desde la esquina, ralentizó el despegue. Pero Badio está con sangre en los ojos. Triple y 73-81. Girona siguió vendiendo cara su piel y Reuvers fue de los más destacados. Pero a poco menos de minuto y medio se llegó con un peligroso 80-85. El peligro seduce a Badio, le flipa, le agiganta. Por eso un robo y un matazo puso un 80-87, casi definitivo. Iroegbu, puso el 82-87. Busquets, qué partidazo el suyo, volvió a ajustar, 85-88, a 22 segundos. Pero estaba el pescado vendido y los de Pedro Martínez aseguraron el factor Fonteta en los cuartos.