Tres años de la última gran alegría

El tiempo corre que vuela. Tres años ya de otra noche inolvidable, de un día que ya ha quedado instalado en el imaginario colectivo 'taronja' y que, nada ni nadie, podrá borrar. Tres años de una temporada brillante que culminó de la mejor manera posible: derrotando en la Fonteta (89-63) al Alba de Berlín de Aito García Reneses, Luke Sikma y el hoy jugador de Valencia Basket, Martin Hermansson en el tercer y defintivo choque de la final de la Eurocup.

El auténtico rey de la competición (que lo sigue siendo a día de hoy) con cuatro títulos (2003, 2010, 2014 y 2019) y seis finales disputadas conmemora esta efeméride a escasos cinco días de adentrarse en la hora de la verdad de una nueva edición: las eliminatorias por el título que, en esta ocasión y a diferencia de ediciones precedentes, son a partido único hasta el final.

El primer contrincante es el Hamburg Towers alemán este siguiente miércoles a las 20:30 horas en los octavos de final. En caso de superar el escollo, en cuartos esperará el venceder del duelo entre el Levallois francés y el conocido Reyer Venezia también con factor cancha a favor de los de Peñarroya. Valencia Basket va por la parte alta del cuadro, así que se las podría ver en semifinales con el Joventut. De ser así, el choque se disputaría en Badalona por mejores números de los de Carles Duran en la fase regular.

Pero el botín es el mismo que hace tres años. Llegar a disputar la final de la Eurocup concede el pasaporte a la Euroleague siguiente. Al margen de que Valencia Basket tiene bastantes opciones de poder ocupar una de las plazas de los equipos rusos si es que siguen vacantes, la competición le puede otorgar un pasaporte por derecho propio