Sobrino se marcha sin pena ni gloria

Fue una sorpresa su llegada y su debut. Sin embargo, su salida estaba prevista desde hacía meses. Recaló en el Valencia CF en el invierno de 2018 tras pagar cinco millones de euros al Deportivo Alavés, en el que no había destacado por su faceta goleadora. Para los de Mendizorroza nunca hizo más de tres goles por temporada en los dos años y medio que allí estuvo.

Pero sus primeros minutos con la camiseta che fueron los soñados por cualquier futbolista. Primero porque fue en Celtic Park, en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League, después porque lo hizo como titular, pero fundamentalmente porque marcó un gol (con la derecha) y regaló otro a Denis Cheryshev. De hecho, esta actuación le sirvió para ser elegido como miembro del once ideal de la jornada por parte de la UEFA.

Ésa fue toda su aportación en la temporada. Jugó ratos sueltos, cayó lesionado durante un mes y ni siquiera fue convocado para la final de la Copa del Rey que el Valencia CF terminó ganando en mayo de 2019.

Tampoco fue mucho mejor la siguiente campaña (2019-20). Un único partido como titular y un gol (el que le hizo de cabeza al Sevilla FC en Mestalla).

Y en la pasada, más de lo mismo. Cuatro partidos como titular (todos ellos en la Copa del Rey) y un solitario tanto (el que le hizo con la diestra al Yeclano). Después, cesión al Cádiz CF al que regresa ahora en propiedad y guardando el Valencia CF un porcentaje para una futura venta... si es que se produce.

Éste es el resumen de Rubén Sobrino como che: 34 partidos jugados, 10 como titular y tres goles marcados. Cada gol suyo al Valencia CF le ha supuesto un desembolso de 1,6 millones de euros si tenemos en cuenta lo que se abonó por su traspaso cuando Mateu Alemany y Pablo Longoria estaban al frente del área deportiva. O medio millón cada titularidad.