Alcalalí frena en seco la nueva ordenanza de vados tras el aluvión de protestas vecinales

El Ayuntamiento de Alcalalí ha decidido dar marcha atrás y no aplicará la nueva ordenanza reguladora de acceso a parcelas o locales destinados a garajes o cocheras, cuya aprobación inicial tuvo lugar el pasado 14 de marzo. El motivo: la fuerte oposición ciudadana y la ola de alegaciones presentadas en las oficinas municipales durante las últimas semanas.

En un comunicado oficial, el equipo de gobierno, encabezado por Compromís, ha asegurado que “la tasa del vado seguirá como ha estado hasta ahora” y han querido poner en valor la crítica constructiva de la ciudadanía, dejando claro que “apostamos por crear puentes de diálogo y escucha, abiertos a rectificar y aprender de los errores”.

Pese a ello, la oposición —y especialmente el Partido Popular— celebra esta rectificación como una victoria ciudadana. En su nota, el PP afirma que la alcaldesa “ha tenido que ceder por puro cálculo electoral” ante “la masiva respuesta de los vecinos”, que no dejaron de desfilar por el ayuntamiento para presentar sus alegaciones. Denuncian además falta de transparencia en la tramitación de la ordenanza y cuestionan el modo en que se convocó el pleno, así como los tiempos de publicación del vídeo de la sesión.

La ordenanza, que incluía nuevas tasas para los vados, había sido aprobada con los votos a favor de los 4 concejales de Compromís, pero sin el conocimiento previo de la oposición ni de buena parte del vecindario, según sostiene el PP. Ahora, con la decisión de archivar la propuesta, el gobierno local intenta calmar las aguas y cerrar una crisis abierta con su propia ciudadanía.

Así las cosas, todo se queda como estaba. Y la tensión que despertó este tema en el pequeño municipio parece, de momento, enfriarse.