La llaman "karkubi" o "droga de los pobres" y acaba de aterrizar en Madrid. Es el resultado de mezclar un conocido medicamento con hachís, alcohol o pegamento, por lo que tanto la policía como los médicos están alertando de que puede provocar efectos alucinógenos y llevar a situaciones de enorme agresividad.

Es tan nueva en nuestra región que el plan nacional de drogas no tiene datos aún ni de su consumo real ni de su peligrosidad. Pero como el karkubi no es una única droga como tal, sino el conjunto de varias sustancias altamente nocivas, se estima que sus efectos pueden ser una combinación fatal de todos los efectos que producen las sustancias que lo forman.

Esther Gramage, profesora de toxicología de la Universidad CEU San Pablo, nos ha explicado a Cope que “son, sobre todo, efectos a nivel del sistema nervioso central, mezclando los efectos psicotrópicos propios del cannabis, que incluyen, a largo plazo, problemas de memoria y de aprendizaje”.

También, dice esta experta, el karkubi puede hacer que “en personas que sean susceptibles, tengan mayor tendencia a desarrollar esquizofernia y otras patologías”. Y eso sin contar con “los efectos que traen los medicamentos de benzodiacepina” consumidos sin supervisión médica.

Y aunque su consumo empezó en Marruecos hace más de una década, es una realidad que ha empezado a circular por Madrid. La profesora Gramage explica que “existe un tráfico ilegal de estos medicamentos que se utilizan para fabricar la droga. Hay fábricas clandestinas que consiguen estos medicamentos de forma ilícita y los van mezclando con las otras sustancias”.

El resultado son unos comprimidos rojos que llegan “por el canal ilegal a los consumidores”. De hecho, en nuestra región, la Policía Municipal ha detenido en las últimas semanas a dos personas y ha intervenido más de 500 pastillas ilegales.