La temperatura clave del coche en invierno
Un ajuste moderado de la calefacción — entre 19 °C y 22 °C — contribuye a mantener la atención y seguridad al volante en épocas frías
La temperatura clave del coche en invierno
Barcelona - Publicado el
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Cuando las temperaturas bajan, encender la calefacción del coche al máximo es una reacción natural. El objetivo es entrar al vehículo y sentir calor de inmediato. Sin embargo, fijar la temperatura en 23 °C o 24 °C y mantenerla durante el viaje puede generar más inconvenientes de los que parece, especialmente si se conduce en condiciones de tráfico o en trayectos largos.
Según recientes recomendaciones en seguridad vial, la temperatura ideal del habitáculo en invierno se sitúa entre 19 °C y 22 °C. Este rango logra un equilibrio óptimo: suficiente calor para el confort, pero sin inducir efectos adversos en la concentración o la reactividad del conductor.
Exceder ese rango — con calefacción demasiado alta — puede provocar somnolencia, pérdida de alerta o fatiga. La sensación de calor invita al cuerpo a relajarse, y eso reduce la capacidad de respuesta ante imprevistos en carretera, aumentando el riesgo de accidente. Muchos especialistas advierten que la hipertensión térmica en el habitáculo durante la conducción invernal es un error habitual.
En el extremo contrario, mantener el coche demasiado frío — por debajo de 19 °C — también plantea peligros. El frío intenso puede afectar la destreza en manos y pies, disminuir la sensibilidad y ralentizar los reflejos. Estas condiciones pueden ser tan peligrosas como una calefacción excesiva, sobre todo cuando se necesita reaccionar con rapidez.
Por ello, la recomendación es clara: al iniciar el trayecto, conviene esperar unos minutos antes de encender la calefacción al máximo, y luego ajustar la temperatura a un nivel moderado (19-22 °C). Con ello se consigue un ambiente confortable sin sacrificar la seguridad ni la atención.
Este ajuste no solo mejora la experiencia de conducción, sino que también previene errores comunes: evitar cristales empañados, reducir la fatiga del conductor, minimizar la deshidratación provocada por calor excesivo, y garantizar que la atención en carretera se mantenga alta.
En muchos vehículos modernos, los sistemas de climatización permiten regular con precisión la temperatura, lo que facilita mantener este rango seguro. Además, es recomendable abrigarse lo justo: demasiadas prendas de abrigo pueden dificultar la maniobrabilidad y afectar la correcta sujeción del cinturón de seguridad, incrementando riesgos en caso de accidente.
Conducir en invierno requiere más que buen combustible o llums potents: exige atenció a detalls com la temperatura interior. Un termòstat ben ajustat pot fer la diferència entre arribar a casa amb seguretat o sumar un risc innecessari. En definitiva: ni massa calor, ni massa fred — simplement el punt just per conduir amb calma, alerta i confort.