Resuelto el enigma del joven ahogado en Lloret de Mar: siete años después identifican el cuerpo que apareció con un cinturón de piedras

Se trata de un ciudadano alemán de 21 años cuya familia había denunciado su desaparición en 2018

Unidad Subacuática de la Guardia Civil

Yolanda Bernal

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

La Guardia Civil ha logrado poner fin a un misterio que se ha prolongado durante más de seis años. El cuerpo del joven que apareció ahogado en la Cala Boadella de Lloret de Mar (Girona) el 22 de julio de 2018, llevando puesto un cinturón de piedras para que no saliera a flote, ha sido finalmente identificado. 

Se trata de un joven alemán que en el momento de su muerte tenía 21 años y cuya familia, residente en Alemania, había denunciado su desaparición por aquellas mismas fechas.

Un macabro descubrimiento en la Costa Brava

La historia de este caso se remonta al verano de 2018, cuando un grupo de bañistas que se encontraban en la Cala Boadella se toparon con un hallazgo terrible: el cuerpo sin vida de un hombre. De inmediato, alertaron a los servicios de emergencia, y los efectivos del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil se encargaron de recuperar el cadáver del agua. Los primeros datos describían a la víctima como un hombre de aspecto joven, de pelo rubio y aproximadamente 1,80 metros de altura.

Lloret de Mar

Tras el levantamiento del cadáver, se procedió a la autopsia, que confirmó la muerte por ahogamiento y dio inicio oficial a una investigación tutelada por el juzgado de instrucción número cinco de Blanes

Los primeros pasos de los investigadores se centraron en el entorno del hallazgo, con la esperanza de encontrar alguna pertenencia de la víctima, como ropa, una mochila o documentación. Sin embargo, la búsqueda en la zona resultó infructuosa, dejando a los agentes sin pistas iniciales para determinar su identidad.

Seis años de investigación y una pista internacional

Ante la ausencia de objetos personales, la investigación se volcó por completo en la vía forense. Se tomaron muestras biológicas del fallecido, que fueron enviadas al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid. 

El objetivo era obtener un perfil de ADN y cotejarlo con las bases de datos nacionales de personas desaparecidas, aunque esta primera comprobación no arrojó ningún resultado positivo, lo que complicaba todavía más el caso.

El objetivo era obtener un perfil de ADN y cotejarlo con bases de datos de personas desaparecidas

El caso adquirió entonces una dimensión internacional. Los agentes compartieron toda la información disponible, incluidos los datos forenses y la descripción física, con cuerpos policiales de otros países y organismos como Interpol. La falta de avances fue tal que, en un intento desesperado por encontrar alguna pista, se llegó a solicitar la colaboración ciudadana, y el juzgado autorizó la difusión de una imagen del rostro de la víctima, una medida poco común que evidenciaba la complejidad del enigma.

Durante años, la identidad del joven de la Cala Boadella permaneció como una incógnita, convirtiéndose en un verdadero desafío para los investigadores. A pesar del tiempo transcurrido y de las dificultades, el caso nunca se cerró por completo. 

La Guardia Civil mantuvo el expediente abierto, a la espera de que una nueva tecnología o una pista inesperada pudiera finalmente arrojar luz sobre el misterio, demostrando la perseverancia de los agentes en resolverlo.

Guardia Civil

El ADN familiar, la clave que cierra el caso

La esperada respuesta ha llegado hace apenas unas semanas, gracias a los sistemas de cooperación policial europea. Saltó una alerta que indicaba una coincidencia genética entre las muestras de ADN que la Guardia Civil había introducido en la base de datos y unas muestras provenientes de una familia de Alemania. Dicha familia había denunciado la desaparición de su hijo en fechas que coincidían plenamente con el momento en que el cuerpo fue descubierto en la costa de Lloret de Mar.

Esta prueba de ADN ha sido la pieza clave que ha permitido encajar todo el puzle y confirmar, sin ningún género de dudas, la identidad del fallecido. Con esta identificación, la Guardia Civil ha podido cerrar finalmente las diligencias de un caso que ha permanecido abierto durante más de un lustro. 

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.