Cómo quitarte la arena de la playa de forma fácil y efectiva

Evitar que la arena llegue a casa es posible con algunos trucos sencillos que te ahorrarán molestias después de un día de sol y mar.

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Cómo quitarte la arena de la playa de forma fácil y efectiva

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Después de un día estupendo en la playa, llega el momento de volver a casa. Pero con él, también aparece uno de los inconvenientes más comunes: la arena pegada en la piel, entre los dedos de los pies, en la ropa e incluso dentro del coche. Por más que uno se sacuda o se limpie con una toalla, la arena parece tener vida propia y se resiste a desaparecer. Afortunadamente, existen algunos trucos prácticos y eficaces para evitar llevarte la playa contigo.

El primer consejo, básico pero fundamental, es dejar que la piel se seque por completo antes de intentar quitar la arena. Cuando la piel está húmeda, la arena se adhiere con más fuerza. Tomarse unos minutos para secarse al sol o con una toalla, especialmente de microfibra, hace que eliminarla sea mucho más sencillo.

Uno de los trucos más conocidos es el uso de polvos de talco o maicena. Aplicar una pequeña cantidad en las zonas con arena ayuda a que esta se desprenda fácilmente de la piel. El talco absorbe la humedad y hace que los granos de arena se suelten con un simple cepillado con la mano o con un paño seco. Este método es especialmente útil para los pies, las ingles o la zona del cuello.

Otra opción muy útil es llevar un cepillo suave o un pincel grande en la bolsa de playa. Pasarlo por la piel seca, sobre todo en tobillos, piernas y brazos, ayuda a eliminar gran parte de la arena sin necesidad de agua. Además, al ser compacto, no ocupa mucho espacio y se puede usar también para limpiar objetos como sandalias, mochilas o juguetes.

Si hay duchas cerca de la playa, lo ideal es aprovecharlas. Sin embargo, es importante no secarse inmediatamente con una toalla si no se ha eliminado toda la arena, ya que la humedad puede hacer que los restos se vuelvan a pegar. Esperar unos minutos al sol o sacudirse antes de secarse es clave para evitarlo.

Una medida preventiva muy efectiva es llevar una alfombrilla o esterilla para limpiarse antes de subir al coche. Puede ser una toalla vieja, una esterilla de goma o incluso una bolsa grande abierta. Usarla como punto de “limpieza” evita que la arena entre en el vehículo. También es útil llevar una garrafa de agua para enjuagarse los pies si no hay ducha disponible.

El calzado también merece atención. Las chanclas y sandalias abiertas son más prácticas que las deportivas cerradas, ya que acumulan menos arena. Si aun así se ha acumulado, un soplo de aire con un secador de mano (si estás en casa) o sacudirlas bien antes de guardarlas ayuda a reducir el problema.

En el caso de los niños, que suelen terminar completamente cubiertos de arena, lo mejor es quitarles la mayor parte posible antes de entrar en casa. Usar los trucos anteriores, especialmente el talco o la maicena, puede convertir este momento en algo más llevadero y menos caótico.

Por último, es recomendable sacudir bien las bolsas, toallas y accesorios de playa antes de meterlos en casa o en el maletero del coche. Unos minutos de atención extra pueden evitar tener arena durante días en los suelos, alfombras o asientos.

En resumen, con unos pocos recursos y algo de previsión, quitarse la arena después de un día de playa puede dejar de ser una molestia constante. Prepararse con antelación y seguir estos consejos prácticos te permitirá disfrutar del mar sin cargar con sus restos todo el verano.