Prisiones catalanas aprueban el uso de depiladoras láser y generan una fuerte polémica

Los sindicatos critican una medida que consideran "frívola" al existir necesidades más urgentes para los reclusos como la atención sanitaria o la salud mental

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

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La Generalitat de Cataluña ha autorizado la entrada y uso de máquinas de depilación láser en las prisiones catalanas. La medida, según se ha comunicado, tiene como objetivo garantizar los derechos de los internos trans e intersexuales. Sin embargo, la decisión ha sido recibida con estupor y una fuerte crítica por parte de los sindicatos, que la consideran "frívola" y alejada de las verdaderas prioridades de la población reclusa. El sindicato CSIF ha levantado la voz para denunciar lo que perciben como una gestión desenfocada de las necesidades penitenciarias, poniendo sobre la mesa otras urgencias que, a su juicio, requieren atención inmediata y que no están siendo atendidas con la misma celeridad.

Vista aérea de Quatre Camins

Una medida surrealista

Alberto Gómez, portavoz de prisiones del sindicato CSIF  , ha calificado la noticia de surrealista, llegando a compararla con el argumento de un capítulo de la serie de televisión "La que se avecina". En sus propias palabras, la circular oficial que confirmaba la autorización le causó un profundo "shock". Gómez ha insistido en que la crítica no va dirigida contra ningún colectivo específico, sino contra la pertinencia de la medida en el contexto actual. "No es una cuestión en contra de un colectivo, es una cuestión de cubrir necesidades", ha aclarado el portavoz sindical, subrayando que la decisión parece ignorar los problemas más acuciantes que enfrentan los internos en su día a día.

Tienen otras necesidades antes que la autorización para la entrada de un aparato de depilación láser"

Desde CSIF  se ha querido dejar claro que respetan "cualquier iniciativa que esté bien", pero siempre dentro de "un margen de lógica". La sorpresa, según Gómez, es aún mayor cuando se compara esta autorización con los debates que se mantienen sobre problemas de seguridad graves, como la entrada de drones y móviles en los centros penitenciarios. Este contraste alimenta la percepción de que la administración penitenciaria no está centrada en los asuntos más importantes. "Nos hace dudar de si estamos hablando del mismo medio penitenciario", ha sentenciado Gómez.

Nos hace dudar de si estamos hablando del mismo medio penitenciario"

Otras prioridades más urgentes

El malestar sindical se fundamenta en una lista de necesidades que consideran mucho más urgentes. Un ejemplo que ha mencionado Alberto Gómez es el de los precios del economato, el supermercado de la prisión. Recientemente, en una comisión del Parlament de Catalunya, se votó para buscar una solución a los elevados costes de los alimentos que los internos compran para complementar su dieta, un asunto que afecta a toda la población reclusa. "Ayer mismo, en la comisión de Justicia del Parlament, uno de los temas que se votó fue mirar los precios que tienen en el economato los internos para buscar un precio más asequible", ha explicado el portavoz.

Además de la alimentación, Gómez ha puesto el foco en la necesidad de reforzar la atención sanitaria, psicológica y de salud mental. El sindicato argumenta que existen carencias importantes en estas áreas que afectan a todos los reclusos, incluyendo al colectivo para el que se aprueba la depilación láser. "Creemos que tienen otras necesidades que no son la autorización de entrada de aparatos para la depilación láser", ha insistido, refiriéndose a un grupo que representa un porcentaje minoritario de la población penitenciaria y que, según él, también se beneficiaría de una mejor atención en aspectos más fundamentales.

Cómo funcionará el sistema

La autorización ha sido emitida por la Dirección General de Asuntos Penitenciarios, a propuesta de un grupo de trabajo específico sobre identidad de género formado por profesionales como educadores sociales y psicólogos. En cuanto al procedimiento, se ha detallado que no se trata de una compra pública ni de una subvención. Serán los propios internos quienes deberán pagar de su bolsillo las máquinas de depilación. El recluso interesado tendrá que manifestar su voluntad de adquirir un aparato, una solicitud que será evaluada por su equipo de tratamiento. Una vez aprobada, podrá recibir la máquina, que será de uso estrictamente personal y no se podrá comerciar con ella dentro de la prisión.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.